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La permanencia de bienestar dental, también puede concluir en la necesidad de hacer extracción de cordales. En algunos casos, no es suficiente con la adecuada higiene de los dientes de la mano con la odontología preventiva. Pues, la presencia de nuevas piezas, podría repercutir en otros problemas de salud.
Por ser las últimas en salir, en caso de que estén ocasionando dificultades para el buen curso evolutivo y funcional de la cavidad bucal, se determina la necesidad de sacarlas. Desde este punto de vista, generalmente su erupción llega a forzar ciertos cambios que ameritan revisión para constatar que no sean un problema latente para el resto de las piezas dentales.
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Extracción de cordales: todo lo que debes saber
Las cordales, también concidas como las muelas del juicio, son las últimas partes en salir. Por lo general, aparecen durante la adolescencia. Ya en esta etapa de madurez, el resto de las piezas dentales están formadas y consolidadas. Sin embargo, al comenzar la erupción de cada cordal, suelen ocurrir señales que requieren suma atención.
En algunos pacientes, puede que la aparición de cordales no represente alguna sintomatología significativa o en su defecto no salgan, pero generalmente, su existencia trae consigo razones que pudiesen desencadenar complicaciones. Por ello, es necesario conocer las posibles causas que conllevarían a su definitiva extracción.
Razones para la extracción de cordales
Existen motivos puntuales que determinarían como solución idónea la extracción de cordales. En algunos casos, puede que aparezcan o no, pero es necesario evaluar la posibilidad de sufrir molestias o consecuencias al dejarlas. A continuación, te indicamos las razones principales que llevarían a la determinante decisión de sacarlas.
Fuertes dolores
Al estar todas las piezas dentales establecidas en la adultez, la llegada de las cordales puede generar fuertes dolores. Este síntoma se debe a que durante la erupción de las piezas, estas se abren camino solas y evidentemente, no cuentan con el espacio suficiente para ellas.
Durante su aparición, es frecuente presentar dolores e inflamación, pues no tienen el lugar propicio para salir. Este proceso, genera cambios importantes a nivel de la mandíbula, al punto de interferir en el correcto movimiento de la boca.
Aumento de infecciones bucales
Dado a su compleja ubicación en la parte posterior de la boca, en el lado superior e inferior, es probable que se genere infección, ante el difícil alcance del cepillo dental. El proceso de limpieza es complicado, pues no siempre se logra la higiene completa de las últimas piezas.
Como consecuencia, al tiempo llegan a formarse caries y acumulación de restos de alimentos, perjudicando no solo a la muela, pues también daña inevitablemente los dientes vecinos con presencia de inflamación, dolores, enrojecimiento y maltrato en los tejidos.
Formación de quistes
De cara a producirse caries en la cordal, estas llevan a la formación de quistes. Su presencia implica posible daño en los nervios, desgaste en superficie de la pieza y deterioro en los tejidos que rodean su dificultosa erupción.
La masa ósea en este caso resulta comprometida, extendiendo la consecuencia a su más cercano vecino dental. Este contacto directo, multiplica el deterioro de todos los dientes, se agudiza con el desplazamiento y dificulta el proceso de masticación.
Inflamación de las encías
En los intentos de aparecer la molar, estas pueden asomarse parcialmente y en otros casos, quedar retenida. Debido a la presión durante su proceso de erupción provocaría la inflamación de la encía, generando molestias como sangrado y un enrojecimiento persistente.
Al ocurrir un desgaste y acumulación de residuos de alimentos, suma en su deterioro y afecta a toda la estructura dentaria de manera paulatina. La acumulación de capa bacteriana, aceleraría la detección de gingivitis.
Mal aliento
Debido a la dificultad en alcance del cepillo para la higiene de las cordales, los restos de alimentos no son del todo removidos. Provocando el mal aliento y la proliferación de infecciones bucales.
El crecimiento continuo de la cordal que en ocasiones suele ser inconcluso, complica más su cuidado diario, afectando la integridad de la masa ósea, pérdida de esmalte y desgaste en la superficie de la pieza.
Dificultades para la ortodoncia
La tarea de la ortodoncia es la alineación de los dientes. En algunos casos, las cordales suelen entorpecer el proceso por su particular forma de posicionarse en la dentadura. La cual suele presentarse en dirección incorrecta o erupción parcial que no permite una adecuada mordida por sus diferencias en tamaño.
Este diagnóstico, precisa la extracción de la pieza para poder aplicar la ortodoncia y responder con efectividad a la anomalía presente en la estructura dental.
¿Cómo es el proceso de extracción de cordales?
Si la decisión final del especialista en odontología es la extracción de cordales. Debes saber cómo es el proceso para su realización. En primera instancia, se aplica anestesia local para evitar la presencia de dolor en el área a tratar. Luego, se interviene con instrumentación odontológica como por ejemplo el uso de bisturí, llegando al área específica del molar, haciendo una incisión para dejar expuesta la pieza y lograr su adecuada extracción.
Antes de todo este proceso, se realiza la evaluación previa de las condiciones del paciente en caso de presentar infección o inflamación, recetando la medicación correspondiente para poder hacer la cirugía.
Recomendaciones después de la extracción de cordales
Cuando se culmine el proceso de extracción de cordales, la recomendación es el reposo absoluto. Se debe evitar ejercer fuerza o realizar alguna actividad física. Consumir abundante líquido y comidas blandas para favorecer el proceso de recuperación sin afectar la intervención realizada.
Del mismo modo, no cargar con material pesado y cumplir una adecuada limpieza bucal sin enjuagar para fortalecer la evolución, procurando la aparición de bacterias e infecciones. Estas serías las primeras 48 horas cruciales post cirugía.
Tomar en cuenta cada uno de los pasos mencionados, permitirá orientar hacia la oportuna recuperación con el fin de mejorar la salud dental, evitando la presencia de caries, infecciones, dificultad al masticar entre otros padecimientos propios de un inadecuado crecimiento de la pieza.
