Encías retraídas

Llevar una deficiente higiene bucodental o cepillarse de forma agresiva no solo puede traer como consecuencia la aparición de caries. Las enfermedades periodontales son otras de las grandes problemáticas que se derivan de sostener estos y otros malos hábitos. Sobre todo, porque dan paso a las denominadas encías retraídas y estás amenazan considerablemente el soporte y la estabilidad de los dientes. Incluso en estadios muy avanzados suelen conducir a la pérdida de piezas dentales.

Se trata de una de las afecciones odontológica más comunes por estos días. Sin embargo, no por ello debemos subestimar la emergencia y el alcance de la recesión gingival. Debido a que a la larga generará auténticos dolores de cabeza para la salud oral. O una serie de complicaciones que van desde el sangrado de las encías, hasta la caída prematura de un diente. Es decir que sus efectos negativos no solo impactarán en el plano estético, sino también en términos de funcionalidad.

Si crees que estás atravesando por una fase inicial de esta enfermedad o quieres tomar medidas oportunas para prevenirla eficazmente. Quédate con nosotros y descubre como se manifiestan las encías retraídas y cuáles son los tratamientos más indicados en estos casos.

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¿Qué son las encías retraídas?

Encías retraídas

La retracción de las encías, también conocida recesión gingival, no es más que un retroceso de los tejidos blandos que abrazan las raíces de los dientes para darles un mayor soporte. Esta afección produce un debilitamiento o una reducción progresiva y directa del volumen de las encías. Un trastorno que trae como consecuencia la aparente sensación de dientes más largos y expuestos en buena parte de su extensión. Más allá de la visibilidad de las coronas.

Es decir, que debido al descenso o a la pérdida de un segmento significativo de la encía. El cuerpo de las piezas dentales queda más descubierto de lo normal. Generando un deterioro gradual en el mecanismo de agarre natural de estos órganos mineralizados que a larga pueden empezar a moverse y hasta caerse. Especialmente, sino se atiende y ataca el origen del problema de forma diligente.

En ese orden, el principal grupo de dientes que suele verse más afectado en las fases iniciales de este proceso, son los incisivos inferiores. Aunque los caninos y los premolares también pueden verse seriamente comprometidos cuando la enfermedad se encuentra en estadios más avanzados. El punto es que, esta situación hace que las piezas parezcan desconectadas de la encía. Y favorece la acumulación de placa bacteriana en tramos más cercanos a las raíces de los dientes.

Estadísticas relacionadas con este problema

Se estima que la gingivitis y la periodontitis, que son las principales enfermedades bucodentales que aceleran la retracción de las encías. A raíz de una mala higiene bucodental y de la proliferación de bacterias en la boca. Afecta a un 19% de adultos a nivel mundial. Lo que representa más de mil millones de casos, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.

Mientras que, en lo que respecta al territorio español. La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) señala que cerca de la mitad de la población en edad adulta padece de periodontitis. Sin embargo, destacan que lo más grave ante este escenario son los índices de gingivitis, ya que afecta a alrededor de un 90% de la población. Y para que exista periodontitis, solo se necesita una gingivitis avanzada.

Una serie de estadísticas que nos llevan a reafirmar y a concluir que, la concientización acerca de las patologías periodontales, es una tarea pendiente. Tanto dentro como fuera del país.

Síntomas de la enfermedad

Encías retraídas

Las encías retraídas no aparecen de la noche a la mañana. Como avanzamos en líneas anteriores, se trata de un descenso o pérdida de tejidos blandos que se da de manera progresiva. Así que, desde las fases iniciales de esta afección, debes estar atento, porque la boca te dará señales de que algo no anda bien con tu salud oral.

Al principio, puede que los síntomas no sean tan notables como cuando la enfermedad se encuentra en estadio avanzados. En lo que notarás tus dientes más alargados y expuestos en el tramo de la raíz. Pero sí que habrán indicios y lo primero que debes dejar de normalizar es el sangrado, porque las encías sanas no sangran.

A continuación, te presentamos algunos de los síntomas más característicos de esta patología que te ayudarán a frenarla a tiempo y a evitar que se extienda:

Sensibilidad dental

Encías retraídas

Uno de los primeros signos de advertencia que te darán tus dientes será la sensibilidad dental. Especialmente, cuando consumas bebidas o alimentos muy fríos o calientes. Este es un aviso incipiente de encías retraídas. Un efecto colateral que bien puede presentarse a raíz de un cepillado demasiado frecuente o agresivo o ante la consecuencia del deterioro del esmalte.

Sangrado

Encías retraídas

Si te cepillas tres veces al día con un cepillo adecuado y sin ejercer demasiada fuerza para eliminar los restos de comida que quedan entre los dientes. Tus encías no deberían sangrar por ningún motivo y si lo hacen es una alerta de que estás cursando por el estadio de alguna enfermedad periodontal.

No ignores este síntoma por nada del mundo si se presenta de manera recurrente o esporádica y acude a una revisión pronta con el dentista.

Encías inflamadas o enrojecidas

Encías retraídas

Las encías sanas no molestan, ni duelen. Por ello, si notas que de un momento a otro se encuentran irritadas, enrojecidas o inflamadas y que permanecen en ese estado por días u horas. Es muy probable que se esté presentando un proceso de recesión gingival en tu cavidad oral.

Pero en todo caso, lo mejor será consultarlo con un experto para evitar daños mayores.

Bolsas periodontales

Encías retraídas

Cuando las encías están retraídas, débiles y enfermas. Se forma una especie de hueco alrededor de los dientes que da lugar a depósitos de bacterias. Esto es lo que se conoce como bolsas periodontales y la gingivitis y la periodontitis suele ser la causa más frecuente de su desarrollo.

Además, constituyen un grave problema de salud dental, debido a que pueden derivar en pérdidas dentarias sino son abordadas a tiempo.

Mal aliento

Encías retraídas

La halitosis o el mal aliento es el resultado de una deficiente higiene bucal y por ende otro de los síntomas distintivos de las encías retraídas. Las personas que se cepillan sus dientes de manera correcta mantienen a raya la placa bacteriana que coadyuva a la aparición de la gingivitis.

Pero quienes no limpian bien sus dientes, ni su lengua. Le dan carta blanca a multiplicación de microrganismos y de compuestos como el azufre que expiden malos olores.

Línea de la encía retraída

Encías retraídas

Cuando la enfermedad de la gingiva se encuentra en una etapa intermedia o avanzada. Es común que sienta y se perciba visualmente un retroceso en la línea de la encía, haciendo que las raíces de los dientes queden más desprotegidas.

Esta es una clara señal de encías retraídas, sin embargo, no debes esperar llegar hasta este punto para acudir a un dentista. Si atiendes a todos los síntomas previos que te hemos mencionado puedes evitar que la enfermedad cale hasta este punto. Un estadio en el que algunas piezas quizás empiecen a moverse.

Dientes flojos

Si tus dientes han quedado sin el soporte de la encía en gran parte de su extensión. Es porque estás atravesando por la fase más severa de una enfermedad periodontal. Y no será muy difícil que te percates de que una o varias de tus piezas dentales están a punto de caerse. Lo cual no dejará otro remedio que recurrir a un implante dental.

Sin embargo, te reiteramos que es una circunstancia que se puede evitar si acudes a consultas periódicas con el dentista y llevas una apropiada limpieza bucal.

¿Cuáles son las principales causas de esta condición?

Las encías retraídas se presentan por diversas causas. Pero en la mayoría de los casos se trata de un problema provocado por la omisión o el descuido de la persona que lo padece. Bien sea por la práctica de hábitos nocivos como el consumo de cigarrillos o la excesiva ingesta de alcohol. O por no cumplir con una rutina de cepillado dental adecuada por falta de recursos para adquirir productos de higiene bucal o por simples inconsistencias en la frecuencia del lavado de los dientes.

No obstante, en ocasiones también entran en juego otras variables. Así que a fin de precisar y desglosar más en detalle los factores que originan esta afección. Te presentamos buena parte de sus principales causas:

Deficiente higiene bucal

No cepillarse los dientes al menos dos veces al día y prescindir del uso enjuague bucal y de hilo dental para complementar la limpieza de la boca en zonas de difícil acceso. Es la piedra angular que desencadena esta enfermedad y que da paso a otras complicaciones que agravan el problema con el paso de los años.

Básicamente porque al no remover los restos de comida que se quedan entre los dientes, las bacterias tienen carta blanca para multiplicarse. Favoreciendo la formación de placa dental o de sarro que sería el estado más avanzado de la acumulación de sustancias y microorganismo en la base de los dientes.

Enfermedades periodontales

Guardando estrecha relación con el punto anterior y como una consecuencia ineludible de una mala higiene bucal. La gingivitis y la periodontitis son una de las principales patologías que generan encías retraídas. De hecho, uno de los síntomas más característicos de estas afecciones es la pérdida o el descenso del tejido gingival que sostiene a los dientes.

Pero, sin duda, es un proceso que se puede prevenir y revertir con oportunos tratamientos odontológicos. Como limpiezas dentales, raspados radiculares o la prescripción de antibióticos para atacar la infección de raíz.

Asimismo, otros de los agentes, circunstancias, hábitos y trastornos que pueden provocar la inflamación, el sangrado y la posterior emergencia de encías retraídas, son:

  • El tabaquismo, debido a que la nicotina hace que las bacterias avancen de manera más rápido. Agravando las enfermedades periodontales y estimulando la aparición de caries.
  • El cepillado agresivo o excesivo de los dientes. Al generar heridas o lesiones en los tejidos blandos de la boca.
  • Traumatismos por una mala ortodoncia
  • Bruxismo. Por ser un trastorno involuntario que hace que los dientes rechinen o se aprieten con demasiada fuerza durante la noche. Tensando excesivamente los músculos y las articulaciones de la boca.

Tratamientos y medidas preventivas

Para tratar las encías retraídas, lo primero que se debe hacer es acudir a un periodoncista. Motivado a que estos tejidos blandos no se regeneran por si solos. En ese orden y en función del daño o de grado de retracción gingival que presente el paciente. El especialista determinará que tratamiento puede brindarle mejores resultados. Pero, sin duda, será indispensable introducir cambios en los hábitos de higiene bucal que se tienen en casa.

De ahí en adelante, el experto procederá a eliminar o atacar la causa que origina la irritación o inflamación de las encías. Por lo que podría empezar por llevar a cabo una limpieza dental para luego seguir con algún otro procedimiento como cirugía periodontal. Todo dependerá de las características y necesidades del paciente.

Sin embargo, en líneas generales, las soluciones a las que se suelen apelar en estos casos. Tanto para mejorar la estética como la funcionalidad de la dentadura del sujeto. Se resumen en las siguientes intervenciones médicas:

Curetaje dental o raspado radicular

Consiste en eliminar la placa bacteriana y el sarro que se encuentra en el borde las encías. Para así evitar que la enfermedad avance y afecte al hueso que sujeta a los dientes. Este procedimiento es ideal tanto para estadios intermedios como iniciales de una enfermedad periodontal.

Estiramiento de encía

En aras de cubrir la zona del diente que ha quedado expuesta o descubierta. El dentista podría aconsejar un estiramiento de encías, sobre todo, cuando la recesión del tejido es considerable o muy notoria. Para ello el paciente deberá someterse a una microcirugía con anestesia local o general.

Microinjerto de encía

Cuando el daño sea muy extremo y no se cuente con suficiente tejido para estirar. Un microinjerto de encía también figura como una solución viable y tentativa.

Esta se lleva a cabo mediante una mínima extracción del tejido del paladar, para luego injertarlo y reforzar el cuerpo de la encía en la zona afectada.

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