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Atender las anomalías que se presentan en la cavidad oral desde la infancia, es fundamental para evitar complicaciones mayores en el futuro que demanden de tratamientos más invasivos. En especial, cuando se trata de alteraciones en el desarrollo mandibular. Durante la niñez los huesos de la cara están en periodo de crecimiento, por tanto, son más fáciles de modificar. Los aparatos para corregir la mandíbula en niños te ayudarán a ahorrar dinero, pero también mucho tiempo.
Dejar para la adultez la resolución de un problema como el prognatismo o el retrognatismo implicará recurrir a una cirugía ortonágtica en combinación con una ortodoncia. Además, ambas discrepancias en el crecimiento del esqueleto facial, traen consigo consecuencias de carácter funcional que merman la calidad de vida. En ese orden, siempre será mejor prevenir que curar y lo más recomendable es ponerse en control con el dentista desde temprana edad.
Si tienes hijos y te preocupa su salud dental, en este artículo te enterarás de todo lo que puede hacer la ortodoncia interceptiva para reposicionar su mandíbula e iluminar su sonrisa.
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Ortodoncia para corregir la mandíbula en niños
Ante los problemas de desarrollo maxilar y mandibular. Al igual que para prevenir maloclusiones y un mal posicionamiento dental. La ortodoncia interceptiva es una maravilla de la odontología que ayuda a guiar y a corregir los dientes. Aunado a ello, estimula el sano crecimiento de los huesos maxilares, mejorando su dirección, tamaño y posicionamiento.
Se trata de una ortodoncia exclusiva para niños de entre 6 y 11 años. Rara vez se emplea en adultos. Básicamente porque es en esa etapa en la que los huesos de la cara aún están tomando forma. Además, a esa edad los dientes todavía no están en su lugar definitivo.
Esta solución dental engloba una gran variedad de aparatos. No anula a la ortodoncia en la adultez, pero si hace que los tratamientos dentales futuros sean mucho más sencillos. El momento más recomendable para que un niño empiece a usar estos dispositivos es cuando ya han salido los incisivos superiores e inferiores permanentes.
Síntomas que advierten la necesidad de una ortodoncia interceptiva
A fin de abordar cualquier trastorno dental de forma oportuna. Como padre te recomendamos estar atento al aspecto que adquiere el rostro de tu hijo durante los primeros años de vida. Aunque parezca básico, la observación será clave para detectar los indicios de alguna anomalía.
De igual forma, otros signos que advierten la necesidad de aparatos para corregir la mandíbula en niños y ante los cuales debes mantenerte alerta son:
- Respiración oral
- Ronquidos nocturnos
- Dificultades en el habla o mala pronunciación
- Molestias al masticar, al morder y empuje lingual
- Bruxismo
- Apiñamiento dental
Todas estas manifestaciones son señales de que algo no anda bien con el posicionamiento de los dientes de un niño. Sin embargo, lo mejor siempre será acudir a un especialista. En este caso, al ortodoncista, que te dará una valoración más precisa sobre la cavidad oral del pequeño.
¿En qué consisten las deformidades dentofaciales?
Las deformaciones dentofaciales constituyen una alteración en el crecimiento y desarrollo de los maxilares. Concretamente por una ausencia de armonía entre el maxilar y la mandíbula que trastocan la mordida y la estética dental. Esta anomalía afecta el tamaño de los huesos de la cara y por ende genera una visible inconsistencia en el perfil.
También se manifiesta en la simetría del rostro y, por supuesto, en el mentón. Se estima que entre un 8% y un 12% de la población mundial padece de este tipo de trastorno. Sin duda, son irregularidades más comunes de lo que se cree y las vemos a diario en el trabajo, en el colegio, en la universidad e incluso entre los miembros de nuestra familia. Solo que tendemos a normalizarlas.
¿Cuáles son sus causas?
Por lo general, sus causas son de carácter hereditario. Sin embargo, pueden estar igualmente asociadas con desajustes en el crecimiento y con hábitos adquiridos durante la infancia. El uso excesivo del chupete y la succión digital son el mejor ejemplo de ello.
Asimismo, algunas patologías como el síndrome de Pierre Robin y traumatismos o accidentes que involucren la estructura anatómica de la boca. Tienen un peso importante a la hora de desencadenarlas y a menudo se presentan en tres direcciones. Verticales, horizontales y transversales.
¿Cómo identificaralas?
Si un niño o un adulto tiene una mandíbula que no le crece lo suficiente y el mentón está por detrás del máxilar superior. O si, por el contrario, la mandíbula ha crecido mucho hacia adelante y está a la misma altura o más adelante que los dientes superiores. Claramente estás ante un rostro con una deformación dentofacial.
De igual forma, que los dientes no logren juntarse para poder cerrar la boca. La excesiva visibilidad de la encía al sonreír y las ligeras diferencias de volumen y longitud entre las dos mitades del rostro. Constituyen otros patentes indicadores de estas anomalías.
Tipos de deformaciones de dentofaciales
Las alteraciones dentofaciales se caracterizan bien sea por un crecimiento excesivo de la mandíbula. O en su defecto, por un menor desarrollo de los huesos de la cara en relación al maxilar. En tal sentido, pueden clasificarse en:
Prognatismo
Hace referencia a un trastorno esquelético en el que el mentón sobresale excesivamente. Esto debido a que el maxilar superior no está lo suficientemente desarrollado o porque la mandíbula creció más de la cuenta.
Dicha deformación hace que los dientes de la arcada superior no coincidan con los de la arcada inferior. Y, por lo general, le da una apariencia más brusca o tosca al rostro. De igual forma, trae consigo molestias al masticar y dolores en la articulación temporomandibular.
Se da en niños que pierden las muelas de leche de forma temprana y por afecciones hereditarias como síndrome de Crouzon. También en personas que sufren de acromegalia, la enfermedad que inspiró la película de Shrek.
Retrognatismo
En oposición al prognatismo, el retrogantismo es la deformación ósea dentofacial en la que el maxilar superior está por delante de la mandíbula a causa de un mentón retraído. Se trata del problema dentofacial con mayor prevalencia entre la población. En estos casos el maxilar inferior no ha crecido lo suficiente para estar alineado con su par superior. Por tanto, la mandíbula no tiene la proyección que debería.
Dicha alteración hace que los dientes de la arcada superior cubran por completo a los de la arcada inferior. Unas características estructurales que dan paso a problemas de mordida, de deglución y de dicción. Los principales factores desencadenantes de esta condición son de carácter genético, pero una función respiratoria deficiente o una deglución atípica, también pueden provocarlo.
Principales aparatos para corregir la mandíbula en niños
Las soluciones para el prognatismo y el retrognatismo mandibular son diversas. Varían en función del grado y el tipo de deformación. La edad, es otro de los aspectos determinantes a considerar. El tratamiento para un niño distará en mucho del que se prescriba para un adulto.
Una persona de 30 años con retrognatismo, probablemente requerirá de una cirugía ortonágtica o de una osteotomía del mentón para reposicionarlo. Mientras que en un pequeño de 6 años esta alteración podrá resolverse con un dispositivo de ortodoncia interceptiva como un bionator.
Los aparatos para corregir la mandíbula en niños pueden ser tanto fijos como removibles. Todo dependerá de las características de cada paciente. Los fijos, por lo general, se prescriben en casos más complejos, pero ofrecen excelentes resultados si se cuidan y se usan de manera correcta.
Aparatos para el prognatismo
Este tipo de dispositivos deben ejercer una ligera presión en el maxilar inferior hacia dentro o combinar la expansión del maxilar superior con la contención del mentón.
Placa de progenie
Se emplea en casos de mordida cruzada o cuando los dientes cierran por dentro de la arcada inferior. Consiste en una placa Hawley superior que sustituye el arco vestibular por el denominado arco de progenie. Este arco se inserta en un aparato de resina superior que contacta con los incisivos superiores para evitar que el paciente adelante la mandíbula.
Expansor rápido o disyuntor
Como su nombre lo indica su principal función es ensanchar, un efecto que se aplica sobre la mandíbula superior. Se trata de un aparato que va anclado a los molares superiores y está formado por dos componentes metálicos o de acrílico simétricos unidos entre sí a través de un tornillo.
Máscara Delaire
Corrige la relación entre el maxilar y la mandíbula. Es un instrumento extraoral que se apoya en la frente y en la barbilla del paciente. Va de la mano con un disyuntor oral que mediante unas gomas elásticas se une a la máscara. Su principal función es hacer avanzar el maxilar superior hacia adelante, sin comprometer el crecimiento de la mandíbula.
Por lo general, se usa en casa y lo más recomendable es llevarlo puesto por al menos 10 horas para que sea efectivo.
Aparatos para el retrognatismo
Bionator
Es ideal para corregir maloclusiones de clase II en donde los dientes frontales superiores se proyectan más hacia adelante que los de la arcada inferior y la mandíbula. Se trata de un aparato removible que estimula el crecimiento de la mandíbula, para llevar al mismo nivel que el maxilar superior.
Twin Block
Son una serie de placas de acrílico maxilar con planos de mordida que obligan a la mandíbula a ir hacia adelante en el cierre. Es decir que su principal objetivo es alargar la mandíbula. Por ello, viene dado en dos piezas, una para la parte superior y otra para la inferior.
Herbst Bisagra Oclusal
Consiste en un sistema de bisagras interoclusales con bloque de resina que consta de dos partes magistralmente articuladas. Constituye una innovación en ortodoncia interceptiva y está indicado en maloclusiones de clase II, pero también para hipoplasias mandibulares y en apnea del sueño.
Placas Sander
Es un dispositivo compuesto por dos placas de retención. Posee tornillos de expansión en el maxilar superior e inferior y una especie de brazos para que durante el cierre de la boca contacten con la placa inferior haciendo que avance la mandíbula.