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Los dientes son órganos duros diseñados para cortar, desgarrar y triturar todo tipo alimentos aptos para el consumo humano. No se parten, así como así y cuando se fracturan es porque estamos haciendo un uso indebido de estas maravillosas herramientas. Pese a ello, en algunos casos también advierten que algo no anda bien en nuestro organismo. Así que si quieres identificar las principales causas del por qué se parten los dientes, te invitamos a profundizar en este artículo.
En la cavidad oral se reflejan muchas afecciones y enfermedades del cuerpo. Y al mismo tiempo las patologías dentales son capaces de comprometer el bienestar de cualquier individuo. Sin importar la edad que se tenga, presentar grietas en los dientes supone un riesgo inminente de rotura. Además, aparte del valor estético, al tener un esmalte frágil y deteriorado se es más propenso a sufrir de lesiones por agentes externos y, por supuesto, a desarrollar caries.
Si no te apetece pasar por el mal rato de una factura dental o si tienes un diente astillado que quieres evitar que se rompa. Ponte en contacto con nuestros especialistas y descubre las múltiples alternativas que existe para resolver este percance.
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¿Por qué se parten los dientes?
El desgaste del esmalte dental es una de las principales razones por las que se parten los dientes. Sin embargo, detrás de este deterioro suelen estar múltiples variables de distinta índole. Masticar hielo, abrir botellas con los dientes, morder lápices y bolígrafos, comerse las uñas, abusar de los cítricos, beber café exceso y fumar tabaco o cigarrillos. Son hábitos contraproducentes para la salud dental que con seguridad acelerarán la aparición de fisuras en la superficie de los dientes.
De igual forma, una sobrexposición al flúor y el uso de remedios caseros como el bicarbonato. Pueden mermar el grosor del esmalte e incluso eliminarlo por completo. No obstante, a la hora de hablar de los factores que avivan la erosión de la capa más visible de los dientes. No podemos dejar de referir los efectos colaterales de enfermedades como la diabetes, la insuficiencia renal y la sífilis.
Así como del impacto que tienen en el esmalte la intolerancia al gluten y los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia. Debido a que alteran los niveles de acidez de la cavidad bucal. Y, por supuesto, si existe un déficit nutricional en el organismo del individuo también se verá reflejado en la sustancia más dura y mineralizada del cuerpo.
En tal sentido, desglosaremos a continuación las principales causas patológicas, mecánicas y externas que explican y condensan el por qué se parten los dientes:
Caries avanzadas
La caries es la enfermedad bucal con mayor prevalencia en el mundo, pero no por ello es inofensiva. Su formación tiene un origen bacteriano y se ve favorecida por el consumo de bebidas carbonatadas y alimentos ricos en azucares. Se caracteriza por crear pequeños agujeros u orificios en la superficie de los dientes. Y a medida que va avanzando va penetrando en las capas más profundas de las coronas hasta provocar su destrucción.
Sus daños son más severos cuando se encuentra en la parte interna del diente, ya que va fracturándolo y debilitándolo desde adentro. Creando pequeñas grietas en el esmalte que de no ser atendidas a tiempo pueden ocasionar el quiebre parcial o total de la pieza afectada. En especial, durante la masticación.
Por ello, constituye una de las principales enemigas de la salud dental.
Bruxismo
El rechinamiento involuntario de los dientes durante la noche y el día, implica ejercer una presión excesiva al juntar los maxilares. Esto trae como consecuencia la microfractura del esmalte, así como el desgaste progresivo de la cúspide de las coronas. Por ello, las personas que sufren de bruxismo son más propensas a tener dientes agrietados, flojos y hasta partidos.
Aunado a ello, este trastorno trae consigo otras serias molestias como sensibilidad dental, dolor de oído y alteraciones en la articulación temporomandibular. De ahí la importancia de detectar esta patología de forma temprana. Para que el dentista tome cartas en el asunto con las piezas dañadas y prescriba el uso de una férula de descarga para proteger a las menos afectadas.
Descalcificación
La disminución o falta de calcio en el organismo, también conocida como hipocalcemia. Es una de las causas más comunes por las que se parten los dientes. Esta deficiencia debilita la estructura de las piezas dentales y provoca el reblandecimiento progresivo del esmalte, favoreciendo la aparición de caries.
El esmalte dental está constituido por un 94% de hidroxiapatita o fosfato cálcico. Así que un déficit de este compuesto hará que la principal capa protectora de los dientes escasee o desaparezca. Y de este modo, serán más vulnerables ante los distintos agentes externos con los que entren en contacto.
Las opacidades, el aspecto rugoso y la pigmentación marrón y amarilla en algunas zonas de la corona, son síntomas indiscutibles de descalcificación.
Reflujo esofágico
Los ácidos procedentes del estómago son el resultado del reflujo gastroesofágico. Estos líquidos dañan y debilitan el esmalte de los dientes e incluso pueden hacer que desaparezca dejando expuesta la dentina. Es por ello que trastornos alimentarios como la bulimia contribuyen con el deterioro de la superficie dental.
Otros de los sectores más propensos a sufrir de esta afección son las mujeres embarazadas. De hecho, de allí se deriva la erosión ácida de los dientes o perimilolisis. Una patología que experimenta un porcentaje considerable de esta población.
De igual forma, algunos alimentos con los cítricos, los vinos y las gaseosas contienen este ácido, por lo que se recomienda evitar su consumo.
Deficientes hábitos de higiene bucal
Cepillarse los dientes de manera irregular contribuye con la acumulación de placa bacteriana e impide que los restos de los alimentos sean removidos oportunamente. Un escenario que se convierte en un caldo de cultivo perfecto para las caries. Al permitir que algunos ácidos y azúcares permanezcan por más tiempo del que deberían en la boca.
De ahí la importancia de reforzar la higiene bucal y el uso del hilo dental para pulir la limpieza de los espacios interdentales.
Traumatismos
Los accidentes que involucran la cavidad oral y los golpes severos en la boca. Por una caída o durante la práctica de algún deporte. Pueden provocar serias lesiones en los dientes y hacer que se quiebren o fracturen de un momento a otro. Este tipo de urgencias, es una de las más frecuentes en niños, aunque nadie exento de tener un incidente de este estilo.
Cuando nos preguntamos por qué se parten los dientes, esta suele ser una de las primeras respuestas que se nos pasa por la mente. Y es que todos en distintas etapas de nuestras vidas nos hemos tropezado la dentadura eventualmente. Sin embrago, cuando las consecuencias de ese hecho trascienden el susto e implica la pérdida parcial de una pieza dental. Lo primordial será actuar rápido y acudir al dentista para contener el daño.
En función de la gravedad de la rotura el especialista indicará el tratamiento y la técnica de reparación más adecuada.