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Los dientes torcidos no solo son un problema de apariencia, padecer esta condición puede también traer algunos problemas de salud. Si tu hijo tiene los dientes torcidos, es conveniente pensar en dar una solución. Pero antes de comenzar a buscarla necesitas saber los motivos, causas y sobre todo como corregir los dientes torcidos. Nosotros tenemos esas respuestas para ti, sigue leyendo.
Cómo corregir los dientes torcidos
Los hábitos deben ser corregidos desde pequeños. Pero si la malformación es hereditaria o ya los dientes se han movido, hay que buscar una solución. Entre las soluciones para corregir los dientes torcidos tenemos:
Ortodoncia
La Ortodoncia consiste en la colocación de un aparato dental que por medio de ejercer fuerza, logra mover los dientes y colocarlos en su lugar.
Existen distintos tipos de brackets para llevar a cabo la ortodoncia. Los más populares son:
- Brackets metálicos: Constan de arco, brackets y ligadura, son elaborados en metal. Son los más económicos y 100% efectivos. Su desventaja es que se notan completamente, distorsionando la sonrisa del paciente hasta el final del tratamiento. Son muy resistentes y duraderos. Es una de las formas más populares de corregir los dientes torcidos.
- Brackets de porcelana: Elaborados en cerámica, en colores similares a los dientes. Consta de las mismas partes que los brackets metálicos. Pero no se notan a cierta distancia, son casi imperceptibles. Resistentes, duraderos, hay que cuidarlos porque a largo plazo pueden mancharse. Resultan más costosos que los metálicos, pero se ven mucho mejor estéticamente.
- Brackets de zafiro: Los más costosos y más resistentes. Son los más utilizados en la actualidad. Son transparentes, se disimulan perfectamente y su efectividad es total. No se deforman, ni se manchan. Es la ortodoncia más estética de las mencionadas.
Corregir los hábitos desde que los niños son pequeños, evita los dientes torcidos. Pero en esos casos en que no es posible. La ortodoncia es la mejor solución.
Por qué los dientes se tuercen
Es una pregunta que quizá te has hecho repetidas veces. Entender por qué sucede esto y si podrías evitarlo es algo muy común. Existen diversos factores que provocan la torcedura de los dientes. Algunas pueden evitarse, pero otras no. Veamos de qué se trata.
- Herencia: Es la causa más común por la que los dientes salen torcidos. Cuando en la familia hay antecedentes de dientes torcidos o maxilares con poco espacio, es muy probable que esto se herede.
Tanto la forma de los dientes, como la aparición de enfermedades periodontales pueden ser causa de la genética.
- Muelas cordales: Por lo general, las cordales al emerger no tienen suficiente espacio. Tratar de salir y acomodarse en la boca provoca la deformación del resto de la dentadura. Empujan los demás dientes, provocando una descolocación.
- Dientes retenidos: En ocasiones algunos dientes no brotan en el tiempo normal. Esto aunque puede suceder con cualquier diente es más frecuente que ocurra con los caninos. Se quedan en el interior del maxilar, parcial o completamente, adoptando una mala posición. Causando un choque con las otras piezas dentales y haciéndolas desplazar de su lugar.
- Hábitos en los niños: Cuando nuestros hijos son aun bebés, pueden adoptar ciertos hábitos que terminan causando una malformación en los dientes. El uso del chupete puede crear una malformación en los dientes de leche. Chuparse el dedo puede desalinear la dentadura, torcer los dientes de leche y por consiguiente los definitivos y crear una mordida abierta.
- Mala postura de la boca: Los problemas de respiración, como alergias, asma, mantener la boca abierta, ayudan al incorrecto desarrollo de los maxilares.
Cuando comenzar a preocuparse por la desviación de los dientes
Por lo general el tratamiento de maloclusión, se retrasa hasta que el niño cumple los 12 años. Desafortunadamente extraer dientes y colocar brackets a adolescentes, corrige la malformación, pero no protege, ni evita los problemas de salud a posterior.
En ocasiones los maxilares no se desarrollan lo suficiente y al salir los dientes no encuentran espacio dentro de la boca, torciéndose para poder caber dentro de ella. La ortodoncia no toma en cuenta estas causas. Su enfoque va a alinear los dientes. Teniendo en algunas ocasiones que extraer dientes sanos y permanentes, para lograr el espacio necesario.
A largo plazo esto puede traer consecuencias como un perfil facial hundido o un envejecimiento de las facciones prematuro. Por eso antes de entrar en un tratamiento de ortodoncia, debe abordarse la causa principal.
Si un niño desde pequeño tiene problemas de respiración, haciéndolo por la boca. Su lengua no descansa en el techo de la boca como debería. Esto provoca el subdesarrollo del maxilar superior y a su vez el poco crecimiento de la mandíbula inferior, hacia adelante.
La solución ideal es hacer una evaluación temprana del desarrollo de los maxilares, para corregir malos hábitos. De esta manera, los tratamientos de ortodoncia serian aplicados a niños que tienen dientes torcidos por herencia y no por malos hábitos que pudieron subsanarse.
Otro tema importante es el de la alimentación. Una dieta con alimentos que tengan la dureza adecuada y un alto valor nutritivo, evitará las caries y promueve maxilares grandes y dientes rectos.
Causas de dientes torcidos
Aunque el factor genético y el tamaño de los maxilares tienen que ver con los dientes torcidos, no son la causa principal de los mismos. Existen factores que influyen en el desarrollo adecuado de maxilares y mandíbula.
- Respiración: Si un niño respira con la boca abierta, los músculos maxilares y de la cara no pueden crecer de la forma adecuada hacia adelante. El crecimiento se hace hacia atrás y hacia abajo, dando como resultado una cara subdesarrollada con maxilares estrechos.
- Lengua: Para que el maxilar superior crezca de manera normal, la lengua debe descansar en el techo de la boca. Lo que no sucede cuando el niño respira por la boca. El maxilar crece demasiado estrecho y los dientes no encuentran lugar para crecer rectos.
- Tragar: La forma incorrecta de tragar es, la lengua empujando hacia adelante y los labios empujando hacia atrás. Cuando esto pasa, los músculos de la cara evitan que la misma se desarrolle a su potencial genético.
Corregir estos hábitos o impedirlos logra que el niño alcance un desarrollo normal de los maxilares y pueda tener dientes rectos.