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¿Tienes sed constante? ¿Dificultad para tragar, saborear o masticar? ¿Ardor o dolor en la lengua? ¿Tu saliva es espesa y viscosa? ¿Tienes grietas o fisuras en la comisura de los labios? ¿La textura de tu lengua es áspera? ¿Mal aliento? ¿Sangrado de las encías? ¿Problemas en la adhesión de tus prótesis? ¿Caries dental? Si has respondido de manera afirmativa a la mayoría de estas interrogantes acude al dentista lo más pronto posible para el descarte de una potencial xerostomía.
La saliva cumple una función esencial en nuestro organismo, especialmente, en la regulación y preservación de la salud oral. Ayuda eliminar los residuos de los alimentos y las bacterias que se acumulan en la boca. Acelera la cicatrización de heridas o lesiones bucales. Lubrica, remineraliza y protege tanto los dientes como las encías y ejerce un papel clave en el control de caries al diluir los azúcares. De ahí la importancia de la calidad y cantidad de la saliva que segregamos a diario.
¿Qué es la xerostomía?
La xerostomía, sequedad bucal o síndrome de boca seca, es justamente una alteración en la producción de la saliva. Un trastorno que conlleva la disminución de ese fluido con propiedades antimicóticas, antibacterianas y antivíricas, que es ampliamente conocido, además, por facilitar la masticación y la deglución de los alimentos.
Su manifestación lleva implícito un mal funcionamiento de las glándulas salivales que son los órganos responsables de la secreción de uno de los primeros jugos gástricos que utilizamos durante la digestión y que, en condiciones normales, mantiene la cavidad oral húmeda.
Se estima que alrededor del 20% y el 30% de la población mundial se ve afectada por la disminución del flujo salival y constituye uno de los motivos de consulta más comunes entre las personas mayores de 50 años, que son quienes con más frecuencia se enfrentan a este problema por los efectos secundarios de ciertos medicamentos y al ser más propensos a deshidratarse.
Una persona saludable, por lo general, produce entre 1 y 2 litros de saliva al día, siendo el antes, durante y después de las comidas los momentos en los que se registra un mayor aumento del volumen del fluido, que alcanza su pico máximo durante las horas de almuerzo y disminuye notablemente durante el sueño.
Con la xerostomía esos niveles caen a menos 500 mililitros por día. Merma que aumenta el riesgo de desarrollar caries o infecciones causadas por hongos en la boca.
Tipos de sequedad bucal
En algunas ocasiones el síndrome de boca seca delata la presencia patologías que requieren control y tratamiento. En ese sentido, dependiendo del problema que esté originando la disminución de la producción salival y de qué tan leve o severa sea la misma, podemos distinguir entre dos tipos de xerostomía:
Reversible
Si bien constituye un trastorno salival, es una secreción que se puede estimular de forma mecánica con la ayuda de fármacos o estimulantes gustativos. Suele ocasionarla la exposición a prolongados periodos de estrés, actividades que demandan hablar en público, la ingesta de ciertos medicamentos, el consumo de alcohol, la ausencia de piezas dentales o una mala alimentación.
Irreversible
Supone un tipo de sequedad bucal difícil de estimular, ya que se debe a un daño en las glándulas salivales provocado principalmente por enfermedades sistémicas como la diabetes o el síndrome de Sjögren, así como por las secuelas de la radioterapia o quimioterapia en pacientes que reciben tratamiento por algún tipo de cáncer.
Principales causas de xerostomía
El síndrome de boca seca puede presentarse por diversas causas, sin embargo, existen factores puntuales que la agravan o desencadenan en gran medida. Es el caso de hábitos nocivos para la salud y los efectos colaterales de ciertas enfermedades y tratamientos.
A continuación, te exponemos en detalle las causas más comunes y la incidencia particular de cada una de ellas en la producción salival:
Tabaquismo
La producción de saliva es controlada por el sistema nervioso autónomo y se dispara ante estímulos sensitivos, eléctricos y mecánicos. El consumo de tabaco inhibe la transmisión de impulsos nerviosos y por ende disminuye la segregación de saliva.
Consumo de alcohol
Al igual que fumar, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas interfiere con el proceso natural que llevan a cabo las glándulas salivales. El alcohol en particular deshidrata el organismo, tiene un efecto irritante, reseca la mucosa y puede atrofiar los órganos responsables de liberar los fluidos que proveen la humedad de la boca.
Medicamentos
Ciertos fármacos como los antidepresivos, los antihipertensivos, los antinflamatorios, los antiasmáticos, los antihistamínicos y los relajantes musculares, causan entre sus efectos colaterales el síndrome de boca seca.
Tratamientos contra el cáncer
La quimioterapia y la radioterapia generan daños en las glándulas salivales que provocan sequedad bucal y hacen que la saliva se torne más espesa, en especial, las radiaciones aplicadas en zonas del cuerpo como la cabeza, la cara o el cuello. Sin embargo, por lo general, es un síntoma temporal que desaparece de forma progresiva una vez finalizado el tratamiento.
Enfermedades autoinmunes
El síndrome de Sjögren, caracterizado por una inflamación sistémica, y el lupus eritematoso, destacan entre las patologías que incluyen entre sus síntomas una considerable disminución salival.
Enfermedades sistémicas
La diabetes, la artritis y algunas enfermedades psiquiátricas, como la depresión, la ansiedad, la anorexia o la bulimia, también alteran los niveles de fluidos presentes en nuestra boca.
Menopausia y trastornos de las glándulas salivales
Los cambios hormonales que se dan durante la menopausia hacen que se segregue una menor cantidad de saliva, mientras que la obstrucción de los conductos de liberación de la saliva constituye uno de los principales trastornos de los órganos encargados de elaborar tan valioso fluido.
Complicaciones derivadas de la disminución de la saliva
Las consecuencias de una insuficiente producción de saliva van desde un aumento en las probabilidades de desarrollar llagas en la boca, candidiasis y una enfermedad periodontal como la gingivitis o la periodontitis, hasta la tendencia de una mayor acumulación de placa bacteriana, el surgimiento de caries o el registro de cuadros de malnutrición por problemas asociados a masticar, tragar o deglutir los alimentos.
¿Qué alternativas existen para tratar la xerostomía?
Para indicar un tratamiento preciso, antes que nada, el dentista debe realizar un diagnóstico exhaustivo a fin de determinar la causa de la xerostomía. Dicho diagnóstico, pasa, por lo general, por la realización de varias pruebas que permiten analizar el flujo de la saliva o detectar patologías en las glándulas salivales.
Entre dichos procedimientos, destacan la sialometría, que se utiliza para medir la cantidad de saliva que produce el paciente, la biopsia de glándulas salivales, empleada para examinar el estado del tejido glandular y la práctica de ultrasonidos, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas, con las que se afina aún más la lectura del caso.
Una vez conocidas las particularidades del trastorno que presenta la persona, en el marco de un síndrome de boca seca reversible, se intensifica la higiene bucodental, se aumenta la ingesta de líquidos y se estimula la salivación con chicles sin azúcar o con alimentos que demanden masticar con más energía.
Mientras que, al tratarse de una sequedad bucal irreversible, el experto valora la prescripción de los siguientes tratamientos:
Fármacos
Se indica la administración de medicamentos como de la familia de los parasimpaticomiméticos, como la pilocarpina, la cevimelina, el betanecol o la carbocolina.
Sustitutos salivales
Constituyen una serie de soluciones o líquidos que imitan la saliva para paliar la insuficiente secreción de fluidos en la boca.
Prevención de caries
A fin de evitar la aparición de caries, se recomienda el uso de pastas dentales con flúor, hilo dental y colutorios con clorhexidina.
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