Siempre nos preocupamos por lucir unos dientes blancos y alineados, pero ¿Qué hay de las encías? La salud de ellas también es importante. Las encías dan soporte a los dientes y los ayudan a mantenerse en su sitio, sin ellas simplemente no tendrían de donde sostenerse o se nos caerían. Son el tejido conectivo fibroso que rodea los dientes y los protege. Impiden la agresión de las bacterias y el ingreso de sustancias extrañas. Deben cubrir desde el hueso alveolar hasta la raíz dental. Si están sanas son rosadas, presentan pequeños surcos o puntos y tienen bordes nivelados.

No es normal que sangres al cepillarte y menos si lo haces con suavidad. A diferencia de lo que te han contado por ahí, las encías sanas no sangran y si lo hacen es un signo de enfermedad periodontal por la acumulación de placa bacteriana, la cual se ve avivada por una deficiente higiene bucal, el excesivo consumo de alcohol, fumar, una dieta alta azúcar y el consumo de algunos medicamentos.

El cepillado y el uso del hilo dental son claves para impedir que esa película pegajosa se forme entre los dientes y genere efectos como la retracción gingival con la que los dientes se sienten aparentemente más largos, pero en realidad están quedando más expuestos. También es indispensable que acudas al dentista de forma periódica y que te hagas una limpieza dental al menos una vez al año.

 

¿Qué es la gingivitis?

Si tienes mal aliento, tus encías tienen un color rojo, están más sensibles de lo habitual, lucen irritadas, levemente inflamadas y presentas algún tipo de sangrado al lavarte los dientes, es probable que estés atravesando por la fase inicial de la gingivitis. La gingivitis es una enfermedad periodontal más común de lo que se cree y afortunadamente es de carácter reversible si se ataca a tiempo.

Tiene un a mayor incidencia en la población adulta y por no ser dolorosa al principio tiende a ser ignorada hasta que escala a periodontitis: el estadio al que conduce generalmente la gingivitis avanzada. En ese punto la afección se convierte en una infección grave que daña el tejido blando alrededor de los dientes, provocando la movilidad o incluso la perdida de algunas piezas.

En otras palabras, la piorrea como también se le conoce a la periodontitis, es la consecuencia de una gingivitis no diagnosticada por el dentista de forma oportuna.

De acuerdo con el Consejo General de Dentistas, en España, 8 millones de adultos presentan esta enfermedad, de los cuales 2 millones tienen una periodontitis severa, mientras que el 33% de los adultos mayores presenta una perdida dentaria grave y el 11% es edéntulo. A nivel mundial, por otra parte, se estima que 750 millones de personas padecen una enfermedad periodontal severa.

 

Tipos de gingivitis

Pese a que la gingivitis se manifiesta con síntomas similares en casi todos los casos, podemos clasificarla o distinguirla en algunos tipos en función de las complicaciones predominantes, las sensaciones referidas por el paciente y los efectos que causa mientras el daño se va haciendo más progresivo en las encías.

Dentro de la gingivitis de origen bacteriano se desglosan así 5 variantes de una misma enfermedad: la aguda, la descamativa, la ulcerosa, la hemorrágica y la ulceronecrotizante aguda. Veamos un poco de qué trata cada una de ellas.

  • La gingivitis aguda es la más frecuente de los tipos y se caracteriza por una inflamación en las encías relativamente breve, aunque para ciertas personas resulta molesta y dolorosa.
  • La gingivitis descamativa, por su parte, se evidencia cuando el tejido mucoso cobra un tono rojizo intenso, el cual viene acompañado por una sensación de quemazón, abundante sangrado y alta sensibilidad dental. Además, conlleva la aparición de machas oscuras en la encía.
  • La gingivitis ulcerosa es donde el color rojo de la encía se torna aún más notorio e inusual y se presentan úlceras en los dientes. Quien desarrolle esta variante tendrá mal aliento y úlceras en las papilas interdentales. También puede provocar fiebre y cansancio.
  • La gingivitis hemorrágica es como lo sugiere su nombre, se identifica por el exceso de sangrado constante y abundante. La suele generar un traumatismo o el cepillado agresivo. Es habitual que sea propiciada por los cúmulos de cálculo.
  • La gingivitis ulceronecrotizante aguda, afecta especialmente a las personas de más de 20 años y fumadores regulares. Se relaciona con altos niveles de ansiedad y estrés.

A parte de dichas distinciones, otros factores como los efectos colaterales de un tratamiento de ortodoncia o los cambios hormonales durante el embarazo, también tendrían una tendencia a favorecer el surgimiento de alguna incipiente gingivitis.

¿Qué relación tiene la gingivitis con otras afecciones?

Si bien hay quien juzgaría a la gingivitis como una patología inofensiva por su prevalencia en el mundo, no lo es tanto si tomamos en cuenta que al evolucionar a periodontitis o incluso antes, es capaz de desencadenar otros problemas de salud en el organismo y aumentar los riesgos de padecer ciertas enfermedades sistémicas.

La neumonía, la bronquitis, el absceso pulmonar; enfermedades asociadas al corazón, como la cardiopatía isquémica, el infarto de miocardio, la trombosis, la insuficiencia coronaria; la diabetes, accidentes cerebrovasculares, artritis reumatoide y alteraciones renales como la nefritis y necrosis tubular aguda, son parte de los efectos colaterales que, según estudios preliminares, se asocian con la inflamación crónica de las encías.

Asimismo, en los últimos años, investigaciones de prestigio, como el del National Institute of Aging (NIA) de Estados Unidos, han asomado que la salud de la gingiva tiene una relación directa con los riesgos de sufrir Alzheimer.

Expertos aseguran que el aumento en las probabilidades de que tales complicaciones ocurran se debe a que las bacterias responsables de la periodontitis ingresan en el torrente sanguíneo a través del tejido de las encías y se propagan por el cuerpo hasta llegar al cerebro y otros órganos.

De este modo, la mala higiene bucal también afecta otras áreas como el sistema digestivo, generando dolores estomacales, náuseas, vómitos mal aliento, colitis ulcerosa, úlceras pépticas, gastritis crónica y neoplasia.

 

¿Qué tratamientos aplican los dentistas en caso de gingivitis?

Si la placa no se elimina termina solidificándose, dando origen al cálculo o al sarro, que es una capa amarillenta más dura y difícil de remover. El sarro le proporciona a la placa bacteriana una superficie más extensa en donde crecer y adherirse más rápido. Por tanto, y aras de prevenir complicaciones periodontales, es vital que vistes al odontólogo.

El experto valorará el estado de tu boca, descartará la presencia de caries y determinará en qué fase se encuentra la gingivitis, a partir de allí, aplicará procedimientos más específicos que ayuden a restaurar la salud de tus dientes y encías.

En una gingivitis de leve, por ejemplo, iniciará con una limpieza dental con el objetivo de eliminar los pequeños depósitos de sarro y remover la placa acumulada en las superficies interdentales. Para tal fin hará uso de varios instrumentos, entre ellos, de una punta de ultrasonidos y una cureta, hilo dental o cepillos interproximales, con el que sellará el raspado y alisado radicular.

Luego quitará las manchas con una pasta especial y finalmente colocará un molde con flúor durante un minuto para remineralizar y fortalecer el esmalte. Completar todo este proceso tomará cerca de una hora.

No obstante, en casos más severos, en los que existe placa debajo de la encía, el dentista indicará un mantenimiento periodontal, es decir, varias visitas periódicas al año para desinfectar la boca por completo y evitar la caída de los dientes.

Y en estados aún más avanzados, realizará un estudio microbiológico para precisar con qué tipo de bacterias se está luchando y prescribir los antibióticos adecuados.

Por lo general, la gingivitis se cura con una o varias limpiezas profundas. Si refuerzas tu higiene bucodental y eres constante, verás resultados en pocos días.

¡No dejes que la placa te tumbe los dientes. La clave está en la prevención!

 

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