Contenidos
Los beneficios de llevar una buena higiene bucodental son innumerables. Eliminar los restos de alimentos que quedan en nuestra boca después de cada comida realmente puede contribuir con la prevención de múltiples enfermedades y evitarnos pasar por molestas complicaciones causadas por la proliferación de bacterias y la formación de placa dental. Desde las caries, pericoronaritis, la gingivitis, la periodontitis, hasta la pulpitis e infecciones asociadas con implantes dentales como la periimplantitis. Son reducibles con simples hábitos como el cepillado diario el uso del hilo dental y las limpiezas complementarias que ofrecen los enjuagues bucales.
Lo mismo ocurre con la erupción de los dientes y las muelas del juicio, que no tiene por qué convertirse en un proceso fisiológico más doloroso. Si se extrema la higiene dental y se minimiza la posibilidad de que los residuos se alojen en las perforaciones de las encías que se crean ante la emergencia de las coronas. En estos casos, sin embargo, muchas personas no tienen suficiente espacio y eso hace que el diente no salga de forma correcta. Quedando retenido o parcialmente cubierto por el tejido periodontal y favoreciendo el desarrollo de infecciones. Que aceleran la necesidad de extraer las cordales.
En este artículo te explicaremos en detalle de que trata la pericoronaritis. Cuáles son sus principales causas, cómo aumenta o disminuye la gravedad en función del tipo de afección. Y qué tratamiento o acciones toma el dentista para frenar la propagación de la enfermedad y erradicar la molestia que experimenta el paciente.
¿Qué es la pericoronaritis?
Si tienes dolor mandibular, hinchazón en la mejilla, dolor de oído, inflamación alrededor de los terceros molares. Segregación de pus, sangrado, molestias al masticar, hablar, tragar o mover la mandíbula. Fiebre, malestar general y mal aliento, podrías estar ante una patología microbiana asociada con las muelas del juicio, denominada pericoronaritis. Que si no se trata oportunamente, a largo plazo es capaz de transformarse en otra enfermedad bucal como la periodontitis y la amigdalitis. O derivar en un absceso de garganta o faringe.
La pericoronaritis también conocida como pericoronitis, es una infección de origen microbiana que provoca la inflamación de los tejidos blandos que rodean la corona de un diente que está erupcionando. Durante su proceso de crecimiento, los dientes y las muelas ejercen tanta presión para salir que perforan la encía. Hasta que se visualiza por completo la corona y entra en contacto con las piezas dentales antagonistas. Pero no siempre dicho proceso marcha sin contratiempos. En ocasiones, las piezas salen torcidas, inclinadas o chocan con los dientes adyacentes, en la mayoría de los casos por falta de espacio en la arcada dental.
El mal posicionamiento o el insuficiente espacio para exteriorizarse también hace que el diente salga retenido o cubierto parcialmente por la encía. Eso favorece la acumulación de bacterias que al no ser removida se convierten en el caldo de cultivo perfecto para futuras infecciones. Provocando un dolor que de no tratarse a tiempo se irradia a otros órganos y tejido cercanos como el oído.
¿Cuándo se presenta con mas frecuencia?
Por lo general, la pericoronaritis se presenta con mayor frecuencia durante la emergencia de los terceros molares. Con una prevalencia del 67% en aquellos que vienen en posición vertical y de un 14% en los que se encuentran en posición distoangulada. El periodo en el que es más común el desarrollo de esta patología es entre los 20 y 30 años, aunque puede manifestarse en cualquier otra época, sin distinción de sexo. De hecho, pese a ser menos habitual, los niños también son propensos a padecer de pericoronaritis cuando erupcionan los dientes definitivos, tras la caída de los dientes de leche, pero ciertamente afecta más a los jóvenes cuando empiezan a salir las muelas del juicio.
Principales causas de la pericoronaritis
En el origen de la pericoronaritis y los factores que la desencadenan intervienen agentes y procesos de diversa índole. Sin embargo, entre las principales causas que la provocan destaca la falta de espacio en las arcadas dentales, tanto superior como inferior. Eso hace que las muelas no erupcionen de forma correcta.
Le siguen de cerca el mal posicionamiento en el que vienen dadas las cordales. Las muelas cubiertas por el tejido periodontal y la deficiente higiene bucodental. Esta permite la acumulación de bacterias producto de los restos de comida que no son removidos oportunamente.
En tal sentido, podría decirse que las causas de la pericoronaritis son de origen bacteriano. Pese a que también tienen influencia en ella otros aspectos como:
Un sistema inmunitario debilitado
Estar expuestos a periodos de estrés prolongados y enfermedades inmunodepresoras como la diabetes, el lupus o la artritis, avivan los síntomas de la pericoronaritis.
Cambios hormonales
Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo hacen que las mujeres en gestación tengan una mayor predisposición a padecer esta patología, por el aumento de los niveles de estrógeno que incrementan el flujo sanguíneo en las encías.
Tipos de pericoronaritis
Si bien el organismo de cada persona reacciona de manera diferente, de acuerdo con la gravedad de la infección e inflamación de las encías alrededor de los molares y de los síntomas o afecciones secundarias que presente el paciente a causa de la enfermedad, la pericoronaritis se clasifica en al menos tres tipos:
Pericoronaritis aguda congestiva o serosa
Se caracteriza por un tejido tras molar inflamado, enrojecido y sangrante, en el que se incrementa el dolor al masticar o palpar la zona afectada, con tendencia a irradiarse a otras partes del cuerpo como la mandíbula o la faringe.
En algunos casos mejora de forma espontánea y en otros solo después de la aplicación del tratamiento.
Pericoronaritis aguda supurativa
Se distingue por la segregación de pus en las encías, enrojecimiento extendido desde el paladar hasta la faringe y palpitaciones dolorosas.
En esta variante de la afección los dolores son mucho más intensos, la zona afectada es más extensa y alcanza amígdalas, oídos u otros órganos.
Pericoronaritis crónica
Es el resultado de variantes agudas de pericoronaritis no tratadas previamente. Su rasgo distintivo es que viene acompañada por faringitis unilateral y por dolores leves e intermitentes. En este estadio de la enfermedad, la muela o el diente se encuentra cubierto por la mucosa inflamada y la halitosis o la gingivitis se manifiestan como parte de la sintomatología.
Tratamientos
Tras revisar la cavidad oral del paciente, valorar la posición de la muela del juicio y una vez completado el diagnóstico exhaustivo, con la visual que ofrece una radiografía panorámica para evaluar el estado del hueso, el nervio dentario inferior o descartar otras complicaciones en dientes adyacentes. Considerando los hallazgos obtenidos y sopesando la gravedad del caso, el especialista procederá a indicar un tratamiento más preciso, que debe partir necesariamente por una limpieza con ultrasonidos y curetas para eliminar los restos de comida y las bacterias presentes en encías y dientes.
Además, de existir algún absceso, el médico se encargará de drenar el pus, limpiará la zona con clorhexidina y prescribirá antibióticos y antiinflamatorios para cortar la infección y reducir las molestias ocasionadas por el dolor, que sería uno de los principales recursos empleados para tratar la pericoronaritis. El segundo, es la cirugía que implica eliminar el tejido blando que obstruye la erupción adecuada de la muela o la extracción definitiva de las muelas del juicio.
Los antibióticos y las intervenciones quirúrgicas son básicamente las dos opciones más empleadas por los expertos para tratar las complicaciones ocasionadas por la pericoronaritis y dependiendo de los síntomas será más o menos pertinente recurrir a una u otra. En tal sentido, te detallamos a continuación cuándo son recomendados:
Antibióticos
Si existe infección la prescripción de antibióticos es el tratamiento médico que se indicará por excelencia, en cualquier caso. Ante la pericoronaritis, la amoxicilina y ácido clavulánico, por ejemplo, son unos de los antibióticos que más recetan los dentistas para restablecer la normalidad del organismo.
La higiene bucal puede ser reforzada con enjuagues bucales que complementarán la higiene para evitar los efectos de estos medicamentos.
Cirugía
Los tratamientos quirúrgicos, son especialmente recomendados, cuando los terceros molares no tienen espacio para permanecer en la cavidad oral y generan alteraciones o molestias que atentan con la salud del resto de las piezas dentales. También suele emplearse para retirar fragmentos de la encía que cubren parte de la corona molar emergente.
En ese sentido, se practica una extracción de las muelas del juicio o una operculectomía. Ambas cirugías son de rápida recuperación si todo marcha bien con la salud del paciente y tiene en cuenta las instrucciones pre y postoperatorias del dentista.
En Lixdent contamos con los mejores expertos en implantología y periodoncia para que resuelvas este y cualquier otro tipo de afecciones bucodentales. Consulta el directorio de clínicas que hemos elaborado para ti con presencia en todas las ciudades del territorio español y pon tu salud en manos de profesionales.