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Las lesiones en la cavidad oral suelen ser afecciones muy molestas para el ser humano. En especial, por el hecho de que al hablar o al comer entramos en constante contacto con ellas, recordándonos su impertinente presencia. Aunado a ello, algunas patologías, como la estomatitis, vienen acompañadas por inflamación, dolor de garganta, ulceras, mal aliento y malestar general. Una serie de síntomas que, al agravarse, interfieren con el desarrollo habitual del día a día.
Todo ello sin contar que muchas de sus manifestaciones externas, resultan sumamente antiestéticas, así como de lenta curación. Tales razones reivindican la importancia de dejar de fumar, de llevar una dieta rica en fibras, frutas y vegetales. Del diagnóstico temprano de las enfermedades y de visitar de forma periódica al dentista. Para el mantenimiento de prótesis, ajustes de aparatos de ortodoncia y la prevención de infecciones periodontales.
Si experimentas algunos de los síntomas que hemos referido hasta aquí. Te invitamos a seguir leyendo este artículo, en el que se abordará en detalle en qué consiste la estomatitis. Cuáles son sus principales causas y qué alternativas médicas existen para tratarla.
¿Qué es una estomatistis?
La estomatitis o ginvivoestomatitis es una enfermedad oral que se caracteriza por la inflamación y el enrojecimiento de la mucosa bucal. Entre sus síntomas más distintivos destaca la aparición de llagas, heridas o úlceras en diversas zonas de la cavidad oral. Los labios, el paladar, la lengua, las encías y las mejillas son parte de las áreas que suelen verse más afectadas. La irritación que generan dichas lesiones ocasiona un dolor agudo y constante.
Dependiendo del grado de la afectación, la estomatitis también puede producir hormigueo e hinchar la lengua. Lo que acarrea problemas en el habla y en la ingesta de los alimentos. Es un trastorno que se desarrolla a cualquier edad. Tanto niños como adultos, corren el riesgo de sufrir sus estragos. Sin embargo, es más frecuente en quienes tienen antecedentes de herpes labial.
La estomatitis aftosa recidivante, es una variante, relativamente común que tiende a desarrollarse desde la infancia. A partir de allí, se vuelve recurrente. Así el 80% de los afectados por esta inflamación son, por lo general, personas mayores de 30 años.
Tipos de estomatitis
De acuerdo a los síntomas que se presenten y los lugares en los que se produzca la inflamación oral. Considerando, además, la intensidad del dolor que refiera la persona y el tamaño o extensión de las lesiones. Es posible distinguir entre varios tipos de estomatitis:
Aftosa
La estomatitis aftosa se expresa en forma de ulceras o aftas, blanquecinas o amarillentas y tienen a su alrededor un cerco rojo. Es la variante más diagnóstica por los dentistas y causa un mayor impacto es en el interior de las mejillas, la lengua o el labio interior.
Herpética
Las llagas de este tipo de lesión se distinguen por estar llenas de líquido o pus y, por lo general, emergen en los labios. Es raro encontrarlas en las encías o el paladar. Son producto de una infección viral, como el herpes simple o el herpes zóster. Una especie de reactivación del virus de la varicela en el cuerpo.
Quienes cursan esta estomatitis a menudo experimentan hormigueo, sensibilidad excesiva o ardor previo a erupción de las ampollas.
Quelitis o angular
Se manifiesta como heridas en la comisura de los labios en forma de manchas rojas e inflamadas. En ocasiones, surgen a un lado de la boca y en otras, se desarrollan en ambos lados. Popularmente es conocida como boqueras.
Principales causas de la estomatitis
En la aparición de lesiones e inflamaciones orales ocasionadas por la estomatitis intervienen factores tanto internos como externos. Por tanto, se considera una patología de origen multifactorial. Detrás de ella pueden estar enfermedades sistémicas como el lupus eritematoso, la diabetes, el VIH o infecciones bacterianas localizadas.
Adicionalmente existe un margen de posibilidad de ser causada por la exposición a ciertos agentes irritantes. O simplemente, formar parte de una reacción alérgica o del estrés producido por estar sometido a actividades altamente demandantes. También podrían desencadenarla ciertos productos dentales, el tabaquismo o una mala higiene bucodental.
No obstante, a continuación, te presentamos algunas de las principales causas de esta enfermedad y cómo intervienen de manera individual cada una de ellas en su potencial desarrollo.
Mala alimentación y déficit nutricional
La ausencia de las vitaminas y nutrientes necesarios para el óptimo funcionamiento del organismo, tienen un impacto directo en la salud bucal. Llevar un estilo de vida saludable y una dieta balanceada es más que un eslogan de marcas deportivas. Las deficiencias en esta área conllevan una mala absorción de los nutrientes. Por lo que una estomatitis de esta naturaleza, sugiere un déficit de hierro y vitaminas (B2, B3, B6, B9 y B12).
Aftas
El síntoma más común de la estomatitis son los aftas o llagas que aparecen en la boca. Estas lesiones se curan, pero también tienden a reaparecer, activando nuevamente las implicaciones del proceso inflamatorio.
Irritaciones por prótesis dentales u ortodoncias
Algunas personas con prótesis dentales o con brackets metálicos, son propensos a sufrir heridas. En especial, cuando dichos aparatos rozan los tejidos internos de la boca, por no estar bien dispuestos o ajustados. Esto se solventa fácilmente, si se acude a consulta con el dentista.
Reacciones alérgicas
Al igual que otras zonas del cuerpo, la mucosa bucal desarrolla alergias a ciertos productos y alimentos. Hay quienes, por ejemplo, son alérgicos a grandes cantidades de flúor o algunas pastas de dientes, enjuagues bucales, entre otros. Por ello, es vital que nos informemos de sus componentes antes adquirirlos.
Radioterapia y quimioterapia
Para nadie es un secreto que los tratamientos contra el cáncer, como la radioterapia y la quimioterapia generan efectos secundarios. Además, debilitan el sistema inmune de las personas y, por supuesto, la boca no escapa de ese impacto.
Tratamientos
Antes indicar cualquier tratamiento, lo más importante es precisar la causa de la dolencia o afección. Para así saber cómo combatirla o contrarrestarla eficazmente. Es un principio que se aplica en odontología y en cualquier especialidad médica. Una vez el especialista tiene un diagnóstico claro del paciente y conoce el estadio de la patología que presenta. Se procede a indicar con propiedad, la solución que le resulte más viable.
En el caso de la estomatitis, debido a que tiene su origen en causas muy variadas. El tratamiento que se prescribirá en principio, irá orientado a aliviar los síntomas de la fiebre y el dolor. Es por ello, que se recomiendan analgésicos como el paracetamol, aumentar el consumo de agua, medicamentos tópicos y extremar la higiene bucodental. Esto último para evitar infecciones secundarias.
Asimismo, para lograr una anestesia tópica del malestar, son de gran utilidad los enjuagues con anestésicos como la lidocaína. En combinación con coberturas protectoras, antiinflamatorios y medidas físicas como la cauterización.
En todo caso, apenas adviertas los síntomas de la estomatitis o presentes alguna anomalía en la boca, acude al dentista. El dentista, en su calidad de experto, podrá indicarte un tratamiento apropiado. Bien sea para reducir el malestar o para tratar la causa de la afección en cuestión.