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¿Alguna vez has tenido comezón en el labio superior o inferior y de la nada han aparecido unas burbujitas llenas de líquido? ¿Tras tocarte o rascarte se te ha hecho una pequeña costra? Apuesto a que al menos una vez en la vida has pasado por esto, pero no por ello deja de ser una sensación molesta y de cuidado. Si nadie te dicho que nombre recibe esta manifestación o porque ocurre, debes saber que se trata de un herpes labial y en la mayoría de los casos es el resultado de contraer la cepa viral del herpes simple tipo 1(VHS-1).
Las personas que lo han padecido, aunque sea una vez, son portadores del virus e incluso hay quienes no presentan síntomas evidentes y también lo son. Una vez que se da la aparición física del herpes y se cura, el VHS-1 permanece inactivo, pero eso no quiere decir que el organismo del portador no pueda transmitirlo o activarlo nuevamente ante circunstancias de estrés, fatiga, cambios hormonales, altas exposiciones al sol o cambios extremos de temperatura.
Se trata de una infección altamente contagiosa y más común de lo que se imagina. Al estar en constante contacto con otros compañeros en la etapa del preescolar y el colegio, los niños son una de las poblaciones más propensas de contraerlo y lo arrastran consigo hasta la adultez, en donde también existen posibilidades de adquirir el herpes simple de tipo 2 (VHS-2) al que se llega a través del sexo oral con genitales contaminados.
Por lo general el herpes labial no causa mayores inconvenientes, salvo en personas con sistemas inmunológicos debilitados como el de pacientes con VIH o aquellos que están bajo tratamiento de quimioterapia o radioterapia. Pero cuando la llaga no se cura, dura más de una semana, se extiende a otras partes del cuerpo como los ojos y se complica con encefalitis, gingivoestomatitis o faringoamigdalitis debes acudir al médico para que te suministre algún fármaco.
¿Qué es el herpes labial?
En concreto, los herpes labiales son heridas o lesiones similares a las ampollas que se presentan cerca de la boca, en los labios, la barbilla, dentro de las fosas nasales, la encía o el paladar. Suelen causar dolor, ardor o picazón antes de romperse y se contagian principalmente por la saliva mediante besos o bebidas compartidas, por relaciones sexuales sin protección y a través del contacto directo con la piel como en apretones de mano, besos en el cachete o abrazos.
Según datos de la OMS, unos 500 millones de personas de todo el mundo padecen herpes genital, mientras que varios miles de millones presentan herpes oral. Unas cifras que reivindican la pertinencia de crear consciencia al respecto y reforzar los servicios de prevención y tratamientos del herpes. En especial, porque los infectados con el herpes simple de tipo 2 (VHS-2) tienen tres veces más probabilidades de contraer VIH en caso de estar expuestos, siendo las mujeres las más susceptibles a ambos virus.
Y vale acotar, que no por ello del herpes simple tipo 1(VHS-1) es menos inofensivo, pues este si bien se contrae por la saliva o el contacto físico, también es traspasable a los genitales a través del sexo oral.
Fases del herpes labial
Pese a que algunas personas exteriorizan el herpes labial solo una vez, cuando se convierte en una lesión frecuente, se hace más notoria y perceptible una especie de escalda de los síntomas, que cesan cuando cumple el ciclo. En ese sentido, se identifican al menos cuatro etapas, en los casos que no encierran mayores consecuencias, y sirven para determinar si el virus se está gestando, curando o si se encuentra en proceso de transición:
Inicia con una sensación de quemazón y hormigueo alrededor de la boca.
Luego surgen las llagas llenas de líquido, que se registran con mayor regularidad en algunos de los bordes de los labios. Es la fase más aguda y activa del contagio y tienden a inflamarse los ganglios linfáticos.
En un tercer estadio, se experimenta dolor e irritación alrededor del herpes, que al hacerse recurrente da lugar a la llaga en la misma zona.
Y en una cuarte y última fase, se forma una costra amarilla, que se irá secando sola y no debe retirarse, pues puede ocasionar sangrado o dejar cicatrices. Al caerse o desaparecer esa capa se va dejando ver una superficie de piel rosada, que si no se ha tocado mucho vuelve a unificarse con el resto de la zona adyacente.
¿Cuáles son los principales síntomas?
El herpes labial, normalmente desaparece en una o dos semanas, y tiene una clara e inconfundible manera de hacerse notar, por lo que sus síntomas genéricos incluyen: ampollas o úlceras en la boca, dolor de lengua, inflamación en los labios, dificultades para ingerir o tragar los alimentos, irritación en la garganta y glándulas inflamadas.
Al ser una infección, también ocasiona fiebre, deshidratación, pérdida de apetito, dolores musculares, náuseas, vómitos o cefaleas, siendo estas últimas de especial cuidado, pues significa que el virus se ha propagado al cerebro y está causando una inflamación, que en cuadros severos es capaz de llevar a la muerte.
Los síntomas hasta ahora descritos suelen presentarse de manera más abrupta cuando es la primera vez que se desarrolla la afección y tienen más posibilidades de agravarse en niños que aún están construyendo sus defensas y no poseen los suficientes anticuerpos para responder de manera más contundente ante las amenazas y virus que se encuentran en el ambiente o a su alrededor.
Generalmente, los médicos advierten la presencia de un VHS con solo verlo, pero para precisar aún más el diagnóstico podrían solicitar exámenes de sangre, mientras que, en personas con sistemas inmunes debilitados, incluso se les tomaría una muestra del líquido que albergan las llagas para un estudio más pormenorizado.
¿Qué tratamientos aplican los expertos?
Los tratamientos que indicará el dentista o el especialista en medicina general ante un herpes labial dependerán de las peculiaridades del caso y a propósito de ello debe tenerse en cuenta que no existe una cura inmediata para estas llagas. A lo sumo, en brotes comunes, el médico puede recetar antivirales y pomadas que reduzcan la duración del mismo o que ayuden a aliviar el malestar y el dolor.
Las cremas antivirales como Zovirax y Soothelip, son de venta libre en las farmacias, pero solo son efectivas cuando ya han se han asomado los primeros síntomas visibles del VHS-1 y es pertinente señalar que no tienen ninguna incidencia sobre el control de manifestaciones futuras.
Algo similar ocurre con los antivirales orales, que por sus componentes llegan a parar el brote una vez desencadenado en zonas de la boca, con la única diferencia de que quien suele verse afectado por estas ampollas más de tres veces al año, puede tomarlos para prevenirlas.
Adicionalmente, cuando existe mucha resequedad o irritación, el experto prescribirá cremas especiales para combatir los herpes que estén secos, piquen o sean dolorosos. Pomadas que no es recomendable compartir y que, tras aplicarse sin frotar, deben ir acompañadas de un lavado de manos obligatorio.
De igual forma, en cuanto a analgésicos, el ibuprofeno o medicamentos que contengan paracetamol también se administran y ordenan bajo supervisión facultativa para mitigar el dolor.
Complicaciones
Ahora, en cuadros más complejos, en los que el herpes se ha esparcido a otras partes del cuerpo como las manos, generando lo que se conoce como panadizo herpético, o a los ojos, provocando queratitis o queratoconjuntivitis herpética, los tratamientos antivirales y el suministro de medicamentos intravenosos resultan las opciones más efectivas para evitar secuelas lamentables.
En el caso de la queratoconjuntivitis, por ejemplo, que es una infección secundaria con la cual los ojos se ponen rojos, hinchados e irritados y van acompañados con ampollas en los párpados, si no es atendida a tiempo se corre riesgo de dañar la córnea e incluso producir ceguera permanente.
Los padres de bebés menores de 6 meses deben tener especial cuidado con el VHS y evitar besarlos si sospechan la presencia del mismo en su organismo o en alguno de sus familiares cercanos, ya que resulta un inminente peligro para los pequeños que apenas están desarrollando su sistema inmunitario. Las mujeres recién dadas a luz que noten escozor y picazón en los labios también deben hacer lo propio con sus hijos.
¿Es recomendable acudir al dentista con un herpes labial?
Precisamente para prevenir contagios accidentales y complicaciones durante cualquier procedimiento de salud bucal, si el dentista está al tanto de que su paciente ha contraído un herpes, lo más probable es que le sugiera postergar o reprogramar su cita para una fecha en la que la úlcera se haya secado y curado.
Así se asegura de que se restablezca el equilibrio en su organismo y de que no surjan inconvenientes asociados a la enfermedad que puedan comprometer o poner en riesgo el bienestar de la persona. Garantizando, además, que los utensilios e instrumentos de trabajo no se contaminen por entrar en contacto con llagas, sangre o líquido procedente de las lesiones.
Medidas para cortar la propagación
Si bien en algunos organismos con predisposición es casi imposible evitar el brote del herpes labial, en aras de cortar la propagación de la enfermedad sí que es posible tomar acciones contundentes, empezando por extremar las medidas de higiene. Por ello, si tú o alguien cercano presenta los síntomas que hemos descrito en este artículo, procura:
– Limitar el contacto físico. Reduce los besos y abrazos, así se trate de una pareja o seres queridos.
– No compartas toallas, cepillos dentales, labiales, cubiertos, termos de agua, polvos compactos, ni cualquier otro objeto o producto de uso personal. Sé celoso con tu higiene.
– Lávate las manos con agua y jabón varias veces al día.
– No toques zonas sensibles de tu cuerpo si no has esterilizado bien tus manos.
– Práctica relaciones sexuales con protección.
– Si tienes un herpes labial evita tocarte o rascarte.
Si esta u otra dolencia no mejora ni desaparece en el tiempo estipulado, hazte examinar por un profesional y no improvises con tu salud.
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