Anquilosis dental

La erupción de los dientes es un proceso que puede verse estropeado por múltiples variables ajenas a nuestra voluntad. En especial, cuando existe cierta predisposición genética a patologías raras o poco comunes como la anquilosis dental. Una alteración en la formación dentaria que además de impedir el crecimiento normal de los dientes, restringe su movilidad a la hora de masticar. Impidiendo que las piezas afectadas se toquen o entren en contacto con sus pares contrarios.

Así que si durante una exploración visual de tu dentadura notas que una o más coronas se presentan como pasmada y no llegan al plano oclusal que deberían. Acude al dentista para confirmar o descartar que se trate anquilosis. O si en su defecto existe otro problema de fondo que este interfiriendo con su emergencia regular.

En LixDent te invitamos a conocer todo lo concerniente a esta curiosa y rara patología. Al igual que a ahondar en sus causas, variantes y consecuencias.

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¿Qué es la anquilosis dental?

Anquilosis dental

El ligamento periodontal es un tejido conectivo que cubre completamente la raíz de los dientes. Además, les brinda cierta movilidad y los protege de fuerzas intensas para evitar que se rompan. Por ello, cuando este tejido desaparece o se destruye da paso a una unión anómala en la cavidad oral. Y a esa irregularidad, en la que la raíz del diente y el hueso alveolar se fusionan, es a lo que se le conoce como anquilosis dental.

Este trastorno se presenta tanto en la dentición primaria como en la dentición permanente. Sin embargo, tiene una mayor prevalencia en los dientes de leche, en donde los casos oscilan entre el 1,3% y el 8,9%. Con una mayor incidencia en los molares inferiores, aunque los molares superiores también pueden verse afectados por esta alteración.

Una patología que se manifiesta en cualquier fase de la erupción del diente y que, por lo general, compromete el crecimiento y la flexibilidad de la pieza.

Síntomas y diagnóstico de la enfermedad

La anquilosis dental suele ser una afección asintomática. Su aparición no provoca dolor alguno, al menos durante la fase de erupción. Pese a ello, teniendo en cuenta que es una enfermedad que se desarrolla con mayor frecuencia en niños. Algunos síntomas que podrían delatar su presencia son la ausencia de movilidad en los dientes durante la fase de recambio. Al igual que los desfases en el plano oclusal, en los que la pieza impactada estará por debajo de las demarcaciones regulares.

Por tanto, el diagnóstico certero de este trastorno solo puede llevarse a cabo mediante la exploración visual de un especialista. O a través radiografías que brinden un panorama más completo y preciso sobre la estructura y composición de cada uno de los dientes.

En tal sentido, si se trata de una anquilosis. Aparte de que las raíces se verán difuminadas. En las imágenes de rayos X se constatará la ausencia del espacio del ligamento periodontal. Y al mismo tiempo será difícil distinguir el límite entre la raíz y el hueso alveolar.

Causas de la anquilosis dental

Anquilosis dental

Pese a que la causa precisa de esta anomalía sigue siendo incierta. Diversos autores e investigadores sugieren que la anquilosis dental se deriva de una marcada predisposición genética. Aunado a ello, se cree que guarda una estrecha relación con la reabsorción discontinua de las raíces de los dientes de leche.

Asimismo, otros factores de riesgo que coinciden con su origen y que podrían incidir en su desarrollo son los siguientes:

Genética

Como sostuvimos al inicio, los antecedentes familiares constituyen la principal variable que favorece a la fusión de la raíz del diente con el hueso alveolar. Debido a que la carga genética también influye en la calidad del esmalte y en la formación adecuada de los tejidos dentales.

Traumatismos

Sufrir un golpe o recibir un fuerte impacto contra la boca puede provocar o desencadenar alteraciones en el proceso de erupción dental. La cavidad oral y las piezas dentales son estructuras delicadas y los traumatismos suelen ocasionar lesiones en el ligamento periodontal.

Por tanto, si el diente no es capaz de soportar la presión del choque. Lo más probable es que se dé un desplazamiento espontáneo y que se vea mermado el grosor del tejido que sujeta a las piezas dentales.

Infecciones orales

Si no se atienden de forma oportuna. Algunas infecciones orales como la caries, la gingivitis y la periodontitis pueden ocasionar severos daños en las encías y en los dientes. Al punto de acceder a la pulpa e incluso poner en riesgo el estado del hueso alveolar.

Hábitos nocivos

Ejercer una presión sostenida con la lengua sobre cualquier diente o tejido vital de la boca. Resulta contraproducente sin importar las circunstancias. Por ello, se debe evitar a toda costa este tipo de hábito. En especial, cuando están implicadas zonas como la encía y el hueso del diente.

Tipos de anquilosis

Los dientes anquilosados con frecuencia dan la impresión de estar sumergidos. Por tanto, en función de que tan pasmados estén y de que tan comprometido se encuentre el ligamento periodontal. La anquilosis dental puede diagnosticarse y clasificarse en tres estadios:

Leve

Se habla de una fusión de diente y hueso leve, cuando la diferencia oclusal entre la pieza afectada y sus pares es de apenas 2 milímetros o menos. Es decir, en casos en los que resulta casi imperceptible dicho desnivel.

Moderada

Si existe un ligero desfase oclusal entre un diente y otras piezas contiguas. Es posible que se esté ante una anquilosis dental moderada. En este estadio, lo más recomendable es acudir al dentista para que intente corregir la anomalía antes de que se agrave.

Grave o severo

Es, sin duda, la manifestación más avanzada de dicho trastorno dentario. Y se caracteriza por un diente que apenas y a logrado asomarse al exterior. En tal sentido, no guarda ningún grado de correspondencia con el resto de los dientes en el plano oclusal. Incluso puede que ni siquiera se vea su corona en la superficie y que solo sea perceptible en radiografías.

¿Qué consecuencias acarrea este trastorno?

Entre las primeras complicaciones que trae consigo la anquilosis dental destacan la pérdida de movilidad del diente y la incapacidad de erupcionar por completo. Es decir, que términos prácticos este tipo de pieza funge como una especie de implante dental. Carente de las bondades y posibilidades que brinda el ligamento periodontal.

Y en segundo orden, da paso a problemas de maloclusión y puede provocar molestias en la mordida. Así como dolores en la articulación temporomandibular. Pero, sin duda, los inconvenientes más notables son:

Intraoclusión de la pieza afectada

Al estar en un nivel más bajo del plano oclusal. El diente anquilosado es incapaz de entrar en contacto con su par ubicado en el maxilar opuesto. Es por ello que este tipo de trastorno suele generar maloclusiones como la mordida abierta. Un mal alineamiento de los dientes que interfiere en el mecanismo de cierre de la boca.

Malposiciones dentales

La inclinación de las piezas contiguas hacia el espacio disponible que ha dejado el diente afectado. Es otra de las consecuencias de la falta de encaje entre ambos maxilares y de la imposibilidad de erupcionar como el resto de sus pares.

Por tales razones y aras de minimizar los daños colaterales de la anquilosis dental. Es de vital importancia ponerse en control con el dentista y atender los síntomas de la enfermedad en sus fases más tempranas.

Tratamientos

Los tratamientos para corregir anquilosis dental varían en función de la edad del paciente y del estadio en el que se encuentre el trastorno. En tal sentido, el dentista puede optar por dejar que el diente afectado evolucione por sí solo. O proceder a extraerlo en casos en los que esté comprometiendo el bienestar de otras estructuras.

De este modo, las soluciones se dividen entre los cuadros leves y las alteraciones graves en las que la diferencia en el plano oclusal es excesivamente notoria:

Esperar el recambio

Si se trata de niños y el nivel oclusal es casi imperceptible. Lo más recomendable será dar tiempo a que la transición de la dentición temporal a la dentición permanente se complete. Porque capaz es solo una anomalía en el diente de leche o no se ha dado suficiente tiempo para que la pieza permanente termine de erupcionar.

Exodoncia

Si tras la fase de recambio el diente de leche sigue hundido y empieza a generar molestia en la mordida y en la mandíbula. No quedará más remedio que extraerlo para que su reemplazo permanente logre erupcionar con normalidad.

Ortodoncia interceptiva

Finalmente, para asegurarse de que el diente definitivo emerja en la posición correcta. Lo más seguro es que ortodoncista recomiende el uso de mantenedores de espacio para garantizar mejores resultados a largo plazo.

Este tipo de soluciones también se aplica tras extracciones de dientes de leche que se han visto seriamente dañados por las caries.

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