Promover y adoptar buenos hábitos de higiene bucodental en la infancia es fundamental para contribuir con la formación de estructuras sanas. A partir de esta etapa e incluso desde la gestación, se va condicionando y modelando la constitución, disposición y fortaleza de nuestra dentadura. Al tratarse de pacientes que aún no han completado su crecimiento, corregir o tratar cualquier anomalía registrada durante la niñez, será un proceso más sencillo, menos costoso y más trascendente, al ofrecer resultados más duraderos a corto, mediano y largo plazo. De ahí, la importancia del diagnóstico precoz por parte del dentista.

Pese a lo que solemos pensar, las caries, el apiñamiento dental, el bruxismo y la gingivitis pediátrica, no son las únicas patologías que amenazan la sonrisa de los más pequeños. Antes del nacimiento y entre los cuatro o cinco años de edad pueden surgir complicaciones asociadas con la formación del esmalte dental por la baja mineralización de ciertas zonas que alteran su calidad. Sensibilidad dental, pequeñas manchas blancas, amarillas o marrones, alta porosidad, presencia de caries, dolor, infección, dientes partidos, retracción gingival y mal humor, son indicadores de una de las alteraciones más comunes del desarrollo de los dientes.

La hipomineralización incisivo-molar (HIM), también conocida como dientes de tiza, es una enfermedad que aparece generalmente en la infancia y afecta los molares e incisivos permanentes, aunque también se manifiesta en los dientes de leche, lo cual podría tomarse como una advertencia del déficit cualitativo que se prevé en el esmalte tras mudarlos. Infecciones víricas durante el embarazo, fiebre, parto prematuro, varicela y otras enfermedades que se presentan en el transcurso de los primeros años de vida, son los mayores factores de riesgo el desarrollo de dicha afección

Si eres padre y te preocupa la salud dental de tus hijos, sigue leyendo este artículo en el que te explicaremos en detalle cómo se da el deterioro de los dientes por desmineralización del esmalte, cuáles son los grados a los que escala este trastorno de no ser contenido a tiempo, las causas o situaciones con las que se asocia su registro, cómo prevenirla y que tratamiento indica el odontopediatra en estos casos.

 

¿Qué es la hipomineralización incisivo-molar?

La hipomineralización incisivo-molar son defectos cualitativos del esmalte que se expresan como opacidades o manchas y debilitan la película que cubre el exterior de los dientes, especialmente la de los molares e incisivos permanentes. A medida que avanza la enfermedad, la fragilidad de dicha capa protectora aumenta y con ella el riesgo de sufrir daños por fracturas durante la masticación hasta el punto que puede llegar a desprenderse de las zonas más afectadas con gran facilidad, dejando expuesta la dentina.

Un deterioro que no solo provoca una mayor sensibilidad al frío y al calor, sino que también favorece el desarrollo de caries y la erosión de los dientes en los niños, que son la población con mayor prevalencia de este trastorno en el mundo. Dolor o molestias al cepillarse y al comer, baja autoestima y pérdida de piezas dentales por una infección producida por una caries crónica, son parte de las otras consecuencias que se derivan de tener un esmalte quebradizo.

La porosidad que ocasiona este trastorno, además, varía de acuerdo a la magnitud del defecto. Y es así como vemos que las opacidades de color amarillo y marrón, son las más porosas por ser las más graves y ocupan el espesor del esmalte, mientras que las opacidades blancas son menos porosas y se sitúan en el interior del diente.

Por la similitud de sus síntomas, la hipomirelización incisivo-molar suele confundirse con la amelogénesis imperfecta y con la fluorosis, sin embargo, estás son otras dos patologías diferentes. Por una parte, la amelogénesis imperfecta es una alteración que afecta a casi todos los dientes y está asociada con factores genéticos o hereditarios y, por otra parte, la fluorosis es una desmineralización causada por el exceso de flúor durante la formación del esmalte. Otro aspecto diferenciador es que las opacidades de la hipomineralización incisivo-molar son más demarcadas, mientras que las de la fluorosis son más difusas.

 

¿Qué causa la desmineralización del esmalte?

Si bien no hay suficientes investigaciones científicas que permitan llegar a un consenso sobre una causa concreta que origine la hipomineralización incisivo-molar, sí que podemos hablar de factores de riesgos vinculados con la enfermedad que aumentan las probabilidades de experimentarla. Entre ellas destacan tanto alteraciones producidas por agentes ambientales como ciertos condicionantes genéticos que aun no están del todo claros, pero que se sabe que tienen un grado de intervención.

De momento, consideraremos los elementos que generan una predisposición comprobada a la patología, que tiene lugar durante los primeros momentos de vida:

Factores prenatales

Todas las complicaciones que vivió la madre del niño durante los últimos meses de embarazo, en especial la fiebre e infecciones virales, tienen un impacto negativo en la formación del esmalte dental o en el desarrollo de los dientes.

Factores perinatales

Los niños prematuros y con bajo peso al nacer tienen una mayor tendencia a ver perjudicada la formación de las distintas estructuras de sus dientes, y en este apartado se engloban, a su vez, otros escenarios como partos prolongados.

Factores postnatales

Las alteraciones o problemas de salud que padece el niño durante el primer año de vida dejan secuelas como la baja mineralización de la capa protectora de la sonrisa. Dificultades respiratorias, gastrointestinales o cardiacas, deficiencias de vitamina D, el uso prolongado de antibióticos para trata la otitis, desajustes del metabolismo en niveles de calcio y fosfato, varicela y cualquier otra afección que incluya fiebre, son algunos de los agentes desencadenantes de la fragilidad del esmalte.

Se cree además que la hipomineralización incisivo molar posee una mayor inclinación a agravarse a medida que el infante crece, ya que en ese periodo continúan descomponiéndose las piezas implicadas gradualmente.

 

Grados de hipomineralización incisivo-molar

Dependiendo del color de las manchas que se registren, de la severidad o magnitud del daño en las piezas dentales comprometidas y del número molares o incisivos que han visto su firmeza y composición en detrimento, los estragos causados por la hipomineralización se clasifican como casos leves, moderados y extremos. Por lo general, las manchas marrones y amarillentas se asocian con un estadio más avanzado de la enfermedad, mientras que las blancas son características de cuadros más suaves.

A continuación, te contaremos de que se trata cada grado para que identifiques con facilidad en que fase se encuentra el problema de tu hijo:

HIM leve

Durante su fase menos agresiva, la hipomineralización insicivo-molar se exterioriza mediante manchas blancas situadas en el interior de los dientes, así como con la manifestación de manchas amarillas localizadas que no interfieren con nada, ni causan sensibilidad dental.

HIM moderada

En su nivel intermedio, encontramos opacidades que van del amarillo al marrón que ya resultan poco agradables a la vista. No hay fracturas ni presencia de caries, pero si de sensibilidad dental y las lesiones amarillentas o marrones se tornan más porosas y abarcan ya no solo punto, sino toda la zona del esmalte del diente.

HIM extrema

En los casos más severos de la patología ya se evidencian fracturas, caries, erosión dental e hipersensibilidad dental y la destrucción es tal que parece que nunca se hubiera formado esmalte alguno.

No obstante, para determinar qué tan avanzado está el trastorno también se deben considerar o someter a observación las dos caras del diente, pues en ciertos pacientes la cara exterior de la dentadura no luce tan mal, pero cuando se revisa la cara opuesta, el daño es indiscutible.

¿Cómo tratar la hipomineralización incisivo-molar?

Una vez precisado en el estado en el que encuentra el esmalte a causa de la hipomineralización incisivo-moral y descartada la presencia de caries o establecidas las medidas pertinentes para controlarla, el odontopedriatra procederá a prescribir el tratamiento más adecuado y ajustado a las afecciones que presente cada niño, a fin de resarcir el daño o frenar la expansión y alcance de las lesiones. Por tanto, el experto puede recomendar:

Limpiezas

Con las limpiezas dentales se persigue eliminar la acumulación de bacterias que provocan las caries, una de las principales riesgos o consecuencias que acarrea el dejar expuesta de la dentina producto de la desmineralización de la capa protectora de los dientes.

Aplicación de flúor

Los enjuagues con colutorio de flúor son indispensables para tratar la hipomineralización leve, así como la aplicación de un barniz profesional de flúor, para evitar el surgimiento de caries.

Selladores

Los selladores ayudan a crear un recubrimiento delgado, con productos a base de resina o ionómeros de vidrio, que se aplican en los surcos o fisuras de las piezas dentales traseras como los molares y premolares para conservar o reforzar el esmalte y combatir el riesgo de caries.

Restauradores dentales

Se recurre a esta solución cuando ya existen fracturas o cuando se ha perdido un diente o muela. Consiste en la adhesión de láminas de vidrio o cerámica sobre el esmalte sano para frenar la propagación de la patología.

Coronas de acero

Al igual que las restauraciones, las coronas de acero se emplean de forma provisional y se retiran o sustituyen cuando el niño se convierte en adulto.

Extracción de dientes

Es el último recurso que se utiliza para solventar este tipo de problema y se aplica solo si no es posible restaurar las piezas dentales o tras el fracaso de varias restauraciones.

Recomendaciones para prevenir la enfermedad

Pese a que la hipomineralización incisivo-molar es difícil de controlar, los padres si que pueden tomar medidas que harán una gran diferencia en la salud bucodental de sus hijos y la primera de ellas, por supuesto, es la de llevarlos periódicamente al dentista, que monitoreará cómo avanza la composición, disposición y formación de sus dientes, atendiendo de forma precoz enfermedades comunes como las caries o cualquier otra anomalía.

Aunado a ello, desde casa también los padres también están en la posibilidad de contribuir con el bienestar de sus hijos en este aspecto, con simples acciones como:

– Supervisar que los niños tengan una higiene bucodental minuciosa, cepillando los dientes al menos dos veces al día con una crema que contenga flúor.

– Vigilar la apariencia que adquiere su sonrisa, en especial, en el momento en el que salen los primeros dientes.

– No ignorar los avisos que dan los dientes de leche.

– Recurrir a tratamientos de remineralización cuando la enfermedad se diagnostique en grado leve.

Si necesitas resolver un problema de este tipo, acude a consulta con los expertos. En Lixdent tienes a tu disposición un listado de las mejores clínicas dentales de toda España, en las que trabajan excelentes odontopediatras que se convertirán en tus aliados para preservar la salud dental de quienes más te importan. Consulta el directorio por ciudades y escoge la opción más apropiada para ti.

Un diagnóstico precoz es clave para la prevención.

Write a comment:

*

Your email address will not be published.

© 2019 - LixDent