Mandíbula desencajada, ¿cómo tratarla?

Hay muchas razones por la cual se puede desencajar la mandíbula. Generalmente, esta lesión tiene origen en un mal movimiento o en una apertura exagerada. Lo que crea cierta tensión en la mandíbula. Va a depender de la gravedad, pero, en algunos casos, se trata de una pequeña incomodidad en la zona. Mientras que en otros, el dolor es bastante intenso y molesto. En este artículo, queremos hablarte acerca de cómo tratar la mandíbula desencajada.

Cualquier dolor corporal es la respuesta ante un estímulo, incluso si este no es agradable. Lo mismo sucede con el dolor mandibular, el cual nos advierte de una lesión o mal funcionamiento. Aunque hay diversos factores que pueden influir en la dislocación mandibular, queremos brindarte información más concisa. Pues, conocer el origen de la aparición de este dolor. Así como cualquier recomendación que nos ayude a tratar la mandíbula desencajada, nos parece bastante oportuno.

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¿Cuáles son las causas de la mandíbula desencajada?

Cuáles son las causas de la mandíbula desencajada

 

Es importante conocer que cierta parte de la población tiene mayor predisposición a padecer problemas de salud. En este caso, estamos hablando de una luxación mandibular. Pero también, puede pasar que la persona padezca de lesiones frecuentes en otras partes del cuerpo. En ese caso, la mandíbula desencajada es solo una pequeña parte de una condición de salud mucho más complicada.

Cuando hablamos de luxación mandibular, nos estamos refiriendo a, por ejemplo, una hiperlaxitud de los ligamentos. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, la mandíbula desencajada se origina cuando se hace un mal movimiento. En otras palabras, se provoca cuando se extiende la boca de forma exagerada y por un prolongado tiempo.

Un problema en la articulación temporomandibular también puede ser el causante de una mandíbula desencajada. Ya que, este se encarga de actuar como una especie de bisagra de deslizamiento. La cual conecta el cráneo con la mandíbula. Ante un mal funcionamiento, suele generarse la conocida dislocación mandibular.

En esta área se encuentra ubicado el hueso temporal de la mandíbula y el cráneo. De igual manera, músculos, tendones y ligamentos que le dan soporte a la articulación. Todo esto, permite que la mandíbula pueda moverse de forma orgánica y natural.

Otra de las causas de la dislocación mandibular tiene que ver con traumatismos articulares. Pero también, alguna lesión en zonas cercanas, como el mentón. También puede pasar que, al haber recibido anestesia general, la mandíbula se desencaje y produzca dolor.

Tratamiento para la mandíbula desencajada

Tratamiento para la mandíbula desencajada

 

Es sumamente importante tratar la mandíbula desencajada. No solo se trata de disminuir la incomodidad o molestia que nos pueda producir su lesión. Estamos hablando de que incluso puede disminuir la capacidad para abrir y cerrar la boca. También puede influir en la oclusión dental, ocasionando que los dientes no mantengan su contacto natural.

Además de producir ciertos cambios en la apariencia de nuestro rostro, puede provocar intensos dolores en la zona. De igual manera, se puede percibir un molesto sonido crujiente cada que se abre la boca. Aunque, hay casos donde el oído se ve afectado. Por eso es tan importante que, una vez se identifiquen los síntomas, se acuda a emergencias rápidamente.

Cuando la mandíbula se desencaja, es necesario prestar atención a las primeras 12 horas. El médico puede encargarse de llevar la mandíbula a su sitio. Siempre y cuando no se exceda ese lapso de tiempo.

Las maniobras a realizar se conocen como Nelaton o Dupuis, y solo pueden ser llevadas a cabo por un profesional. La primera se realiza en caso de que la luxación sea bilateral. Mientras que la segunda se realiza si es unilateral. Al realizarse correctamente, notaremos como la mandíbula desencajada vuelve a su lugar. Algunos pacientes requieren de una venda, la cual inmovilizará el área por unas horas.

Luego de recibir esta maniobra, es posible notar que, aunque efectiva, requiere ser complementada. En algunos casos, se puede indicar el uso de aparatos ortopédicos, así como la ingesta de antiinflamatorios. También existe la posibilidad de que el paciente tenga que limitarse a ingerir alimentos blandos. Ya que, eso puede ayudar a disminuir la molestia que genera el abrir y cerrar la boca para masticar.

De ser una problemática recurrente, se recomienda aplicar botox. Este ayuda a reducir los espasmos musculares.

Ejercicios para devolver la mandíbula a su lugar

Según cómo evolucione el tratamiento para mandíbula desencajada, será necesario realizar rehabilitación.

Estos ejercicios para mandíbula desencajada se realizan de forma manual. Cuando se implementan, se piensa en recuperar la movilidad y la fuerza mandibular de forma gradual. Así, se llevará la mandíbula a su lugar de origen en un corto periodo de tiempo.

Hay casos donde estos ejercicios no son para nada recomendados, pues puede provocar una lesión mayor. Ante tal situación, será necesaria una intervención quirúrgica. Aunque se quiera evitar, será la única solución para tratar la mandíbula desencajada.

¿Cómo prevenir la dislocación mandibular?

Como tal, prevenir una dislocación mandibular va a depender de muchos aspectos. Desconocemos la predisposición genética de cada persona, así como su situación actual. La mandíbula puede desencajarse en cualquier momento. Ya que, cualquier golpe o abertura exagerada podría ocasionar una lesión. No obstante, existen ciertas medidas preventivas.

Una de ella, consiste en ingerir micro-relajantes y disminuir la luxación. De igual manera, se puede optar por recibir tratamiento fisioterapéutico. La realización de masajes y estiramientos, así como la aplicación de ultrasonidos, puede ser de gran utilidad. Ya que, nos ayudará a disminuir los dolores de la zona que fueron ocasionados por cualquier lesión.

Este tipo de tratamientos preventivos son ideales. Más que nada, cuando se tiene algún antecedente médico relacionado con la dislocación mandibular. Pero también, cuando el médico ha determinado una predisposición genética a sufrir de tal problemática. De ahí la importancia de examinar el origen de la dislocación mandibular inmediatamente después de haber notado cualquier síntoma.

Entre ellos, se pueden destacar dolores intensos de cabeza, tensión en la zona debajo de los ojos. Pero también, incomodidad al masticar o bostezar. También se pueden apreciar ciertos sonidos extraños a la hora de abrir y cerrar la boca. O puede ocurrir que la mandíbula se quede en una posición específica cada que se realice algún movimiento.

 

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