Los hábitos que se adquieren durante los primeros años de vida tienen un impacto trascendental en el crecimiento y desarrollo de la mandíbula. Muchos padres recurren al chupete y al biberón para calmar a sus bebés cuando tienen hambre o sueño. Sin embargo, deben estar conscientes que el uso prolongado de estos utensilios de succión provoca alteraciones orales en los niños. De ahí la importancia de abordar y profundizar en tópicos como la salud dental y el biberón.

Aunque parezca inofensivo y se perciba como una herramienta para facilitar la alimentación en infantes. Dejar que un niño se lleve el biberón a la boca por más de un año o dárselo con frecuencia antes de dormir, solo contribuirá con la aparición de caries. Aunado a ello, extender su uso por un largo periodo de tiempo puede acarrear otras complicaciones en la cavidad oral. Las maloclusiones dentales y los problemas de pronunciación, son tan solo algunas de ellas.

Si te preocupa el bienestar de tu hijo y quieres ahondar más en las razones por las cuales no debes permitir que se encariñe con el biberón. Quédate con nosotros y descubre cómo promover la transición progresiva de la succión a la masticación.

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¿Qué impacto tiene el biberón en la salud dental de los niños?

Si bien no aporta la misma carga de nutrientes. En casos en los que la madre se ve imposibilitada de amamantar de forma natural. El biberón representa un gran aliado para brindar lactancia artificial durante los primeros meses de vida. Incluso constituye una excelente manera de estimular la independencia del bebé desde temprana edad.

La mayoría de los niños se acostumbran con facilidad a este utensilio. Básicamente por lo cómodo que les resulta. Sin embargo, tras cumplir el año de vida es fundamental que los padres empiecen a trabajar en la transición del biberón a la taza. De esta manera, el pequeño se irá acostumbrando a los vasos y les será menos difícil desprenderse por completo de las tetinas.

En algunos casos este cambio representa todo un desafío. No obstante, se trata una transición más que necesaria para prevenir la aparición de caries en la dentición de leche. Las fórmulas infantiles contienen altas dosis de azúcar refinada. Por tanto, exponer la dentadura de un niño a estas sustancias por más tiempo del recomendado, es aumentar el riesgo de contraer caries.

De igual forma, al acostumbrarse a la succión y no ejercitar los maxilares. Los pequeños en los que se prolonga el uso del biberón, experimentan una erupción dental más tardía. Además, la persistencia de este hábito suele provocar la emergencia de dientes torcidos, desalineados y apiñados. Alterando de forma colateral las características de la mordida.

Principales consecuencias del uso prolongado del biberón

Al igual que con el chupete y la succión digital. No interrumpir de manera oportuna la ingesta de bebidas o alimentos a través del biberón, ocasiona serios problemas de salud bucodental. Dichas afecciones trascienden incluso el plano estético y pueden mermar la calidad de vida de cualquier persona desde la infancia.

No en vano los pediatras y los dentistas hacen énfasis en la necesidad de reemplazar las tetinas por los vasos u otros utensilios manuales. En ese orden y en aras de que te lo pienses dos veces antes de subestimar la acción del biberón. Te presentamos algunas de las consecuencias más comunes de extender su uso en niños:

Dificultad para controlar la lengua

A diferencia de la masticación. La succión de líquidos a través del biberón hace que la lengua del niño adopte una posición predeterminada. No estimularlo de forma temprana a ingerir alimentos de otra manera, aun después de la erupción de los primeros dientes de leche. O hacer de la toma de teteros una práctica sostenida antes del desayuno. Podría traerle dificultades del habla y problemas en la coordinación de la lengua al momento comer alimentos sólidos.

Caries

Si bien la caries es una de las enfermedades bucodentales que afecta con mayor frecuencia a los niños por el alto consumo de azúcar y golosinas. El biberón, no hace más que aumentar dichas probabilidades. Las chupas de los teteros son un ambiente propicio para la multiplicación de bacterias. Además, incrementan la exposición de los dientes de leche a la lactosa.

Y si a esas características le sumamos el hecho de que muchos bebés se duermen con el biberón en la boca. No podemos esperar otra cosa que la inminente presencia de caries a corto, mediano o largo plazo. De hecho, la caries del biberón es una de las más agresivas e incluso puede llegar a dañar el germen del diente definitivo que encuentra en la encía.

Maloclusiones dentales

La succión sostenida causa deformaciones en la mandíbula y en los dientes superiores. Esto impide que los dientes del maxilar superior y el maxilar inferior calcen entre sí. Dichas alteraciones ocasionan problemas en el mecanismo de cierre de la boca o lo que también se conoce como una mala mordida.

Las maloclusiones más comunes que se presentan por el uso prolongado del biberón son la mordida abierta y la mordida cruzada. Ambas conllevan una pérdida de simetría y de estética en la sonrisa. Pero además provocan trastornos digestivos y respiratorios, así como otras complicaciones de orden funcional en la articulación temporomandibular.

Corregir este tipo de irregularidades a menudo requiere de ortodoncia interceptiva.

Dificultades fonéticas

Debido a la poca destreza que ha desarrollado para dominar y coordinar bien el movimiento de su lengua. Un niño que ha estado excesivamente expuesto al biberón es más propenso enfrentarse a problemas del habla y a tener dificultades para pronunciar correctamente las palabras.

También se topará con mayores trabas al emitir ciertos sonidos. Y probablemente, en términos lingüísticos, estará más rezagado que aquellos que abandonaron el hábito en edades tempranas.

Alteraciones en la articulación temporomandibular

El rechinamiento inconsciente de los dientes o el bruxismo, es otra de las afecciones colaterales asociadas a la salud dental y el biberón. Este trastorno no solo acelera el desgaste de sus piezas de leche, sino que también le puede traer inconvenientes al masticar en el futuro.

La pérdida de continuidad entre los dientes o las luxaciones dentales, al igual que el desplazamiento irregular de los mismos. Completan el cuadro de riesgos que corre un niño al que se le consiente tomar tetero por más tiempo del estipulado.

Consejos para promover la transición del biberón al vaso

Los odontopediatras aconsejan retirar el biberón a partir de los 12 meses o antes de que aparezca el primer diente. Pero como sabemos que la transición del tetero al vaso no se logra de la noche a la mañana. Si puedes ir acostumbrando a tu bebé a tomar jugo o agua sin chupas de latex o silicón, el proceso será mucho más sencillo. Lo ideal es que no dejes que su uso supere los 24 meses.

En tal sentido, mientras logras que se desprenda por completo del biberón, procura no endulzar con azúcar sus bebidas. O diluye la leche con un poco de agua durante los primeros días. Y, sobre todas las cosas, evita que se vaya a la cama con residuos de azúcar en sus dientes. Otros tips que podrías aplicar para acelerar y hacer más llevadero este proceso son los siguientes:

Elimina gradualmente los biberones

En lugar de quitarle los tres teteros de golpe, elimínalos de forma gradual. Empieza por sustituirle el biberón de la mañana por comida triturada que pueda llevarse a la boca con sus propias manos. Al principio lógicamente hará un desastre. Pero con el paso del tiempo lo disfrutará tanto que se olvidará del tetero y tú podrás olvidarte de los riesgos asociados a la salud dental y el biberón.

Explícale el porqué de la medida

Muchos niños son más receptivos cuando les explicas la razón por la cual deben empezar a adoptar nuevos hábitos. Juega con la clásica frase de la edad. Dile que está creciendo y que, por ende, los niños grandes toman jugo o agua de una forma diferente.

Ofrécele sustitutos

Llegada la hora del biberón, ofrécele una papilla o un vaso de leche, que lo haga no echar de menos la succión. Luego instalo a continuar con sus actividades de rutina para irse a dormir. Leerle un cuento también es una táctica infalible que puedes usar para despistarlo.

Estimúlalo con felicitaciones

Cada vez que tome la iniciativa de beber de un vaso o de solicitarlo, felicítalo por el logro. A los niños les encanta escuchar comentarios positivos de sus padres. De esta manera, adquieren más confianza en si mismos y en sus destrezas manuales.

Guarda el biberón donde no sea visible

Si sueles colocar el biberón sobre el mesón o dejarlo a la vista del niño. Opta por cambiarlo de lugar o ponerlo en un rincón de la nevera que no esté a su alcance. A medida que se vaya adaptando se distraerá con otras cosas y olvidará la existencia del objeto. Así lograrás deshacerte de los dolores de cabeza por la salud dental y el biberón.

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